Tierras raras: Chile ante el desafío del extractivismo o sustentabilidad

El debate sobre las tierras raras en Chile gira en torno a su potencial para transformar al país en un actor clave en el suministro global de estos minerales críticos, mientras enfrenta desafíos significativos en términos ambientales y sociales. Las tierras raras, esenciales para la transición energética y la descarbonización, presentan una oportunidad estratégica para Chile, que busca diversificar su economía minera más allá del cobre y el litio. Sin embargo, el único proyecto en marcha en el centro-sur del país enfrenta severas pruebas en términos de regulación ambiental y oposición local, lo que plantea interrogantes sobre la verdadera naturaleza de este desarrollo: ¿es una forma de neo-extractivismo o una transición hacia una industrialización verde? Organizaciones ambientalistas como Greenpeace Chile están en alerta y siguen de cerca el desarrollo estratégico de la industria mineral.

El monopolio chino y el auge de las tierras raras

Desde principios de la década de 1990, China ha dominado el mercado global de tierras raras, controlando hasta el 95% del suministro mundial. A pesar de una ligera disminución en su participación desde el 2002, China sigue siendo el principal productor y procesador de estos minerales, con una participación del 90% en el procesamiento global. Según un informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) de 2023, China no solo posee una gran parte de las reservas mundiales, sino que también lidera en el procesamiento de estas materias primas, lo que le permite influir significativamente en los precios globales.

El geólogo José Cabello, de Climate Tracker, señala que la dominación china en este sector es el resultado de una estrategia de consolidación impulsada por el gobierno chino desde 2011. Esta situación ha llevado a Occidente a buscar diversificar sus fuentes de suministro, dado que la demanda global de tierras raras se proyecta que se triplicará para 2030. La AIE también advierte sobre el alto riesgo geopolítico asociado a estos minerales, lo que subraya la necesidad urgente de alternativas a la supremacía china.

La definición y la importancia de las tierras raras

Las tierras raras, compuestas por 17 elementos químicos, son fundamentales en la transición hacia energías limpias y la tecnología moderna. Estos minerales se dividen en ligeras y pesadas, cada una con aplicaciones críticas. Los elementos ligeros como el neodimio son cruciales en la fabricación de imanes permanentes, esenciales para dispositivos como turbinas eólicas y vehículos eléctricos. Los elementos pesados, como el disprosio y el terbio, tienen aplicaciones en reactores nucleares y tecnología de almacenamiento de datos.

El neodimio, por ejemplo, es vital para la producción de imanes utilizados en sistemas de almacenamiento de datos y turbinas eólicas, mientras que el disprosio ayuda a enfriar barras de combustible en reactores nucleares. La demanda global de estos minerales sigue creciendo debido a su importancia en tecnologías de alta eficiencia y sostenibilidad.

El proyecto de tierras raras en penco y sus desafíos

En la comuna costera de Penco, en la región del Biobío, se han identificado yacimientos de tierras raras, lo que ha llevado a la empresa canadiense Aclara, en asociación con el grupo peruano Hochschild, a iniciar un ambicioso proyecto de extracción. El plan incluye la extracción de minerales como disprosio, terbio y neodimio, con una inversión inicial de US$ 130 millones. Sin embargo, el proyecto ha enfrentado múltiples obstáculos regulatorios y oposición local.

En 2018, Aclara presentó un estudio de impacto ambiental (EIA) al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) del Biobío, pero retiró el proyecto en 2022 tras un rechazo casi unánime de la comunidad local. Un nuevo EIA fue presentado en abril de 2023, pero también fue cuestionado por falta de información crucial, lo que llevó al SEA a terminar el estudio anticipadamente. Aclara ha intentado abordar estas preocupaciones con un nuevo EIA en junio de 2024, que ahora está en evaluación.

La industria verde y la alianza con el grupo CAP

En un contexto de creciente interés por la sostenibilidad, Aclara ha firmado una alianza estratégica con el Grupo CAP para desarrollar productos de tierras raras y agregar valor a su producción. Esta colaboración, que incluye una inversión significativa y la creación de una empresa conjunta llamada REE Alloys, busca utilizar las tierras raras para fabricar materiales de alto valor agregado, como magnetos permanentes para vehículos eléctricos y turbinas eólicas. El Grupo CAP destaca la complementariedad de esta alianza con su infraestructura en el Biobío y la oportunidad de posicionar estos productos en mercados occidentales.

Perspectivas sobre la industrialización verde y los desafíos locales

La posibilidad de una industrialización verde en Chile, aprovechando los minerales críticos como las tierras raras, plantea tanto oportunidades como desafíos. Carlos Silva, del Ministerio de Minería, destaca la importancia de diversificar la cartera mineral del país y la necesidad de desarrollar proyectos sostenibles que generen empleo y valor agregado. El Ministerio del Medio Ambiente, en coordinación con otros organismos, está promoviendo una política de desarrollo productivo sostenible que busca la descarbonización y la resiliencia ambiental.

Sin embargo, los críticos advierten que la falta de institucionalidad y mecanismos de fiscalización adecuados podría comprometer la sostenibilidad de estos proyectos. La académica Bárbara Jerez y Antonio Pulgar, de la ONG FIMA, subrayan la necesidad de una evaluación rigurosa de los impactos ambientales y sociales de la minería de tierras raras. También destacan la importancia de considerar alternativas como el reciclaje de minerales críticos y la promoción de una economía verde.

Mientras Chile se posiciona para aprovechar el potencial de las tierras raras, el éxito de estos esfuerzos dependerá de su capacidad para equilibrar el desarrollo económico con la protección ambiental y la participación comunitaria. La transición hacia una industrialización verde representa una oportunidad para avanzar en sostenibilidad, pero requiere un enfoque cuidadoso y transparente para asegurar que los beneficios se distribuyan equitativamente y que los impactos se minimicen.

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