El Papa Francisco denuncia la inacción de los gobiernos contra el cambio climático

A lo largo de su mandato, el Papa Francisco ha demostrado su compromiso con la ecología, la lucha contra el cambio climático y el cuidado del medioambiente. Recientemente, el líder de la Iglesia católica, reafirmó su solidaridad con la causa ambiental al emitir una Exhortación Apostólica sobre la crisis climática.

En este documento oficial eclesiástico, Francisco destaca las graves consecuencias de la crisis climática actual para las personas más vulnerables del planeta y acusa a las autoridades gubernamentales de poner excusas para no cumplir con los compromisos tomados por sus países durante el Acuerdo de París (COP21) en el año 2015. 

La historia de la lucha del Papa Francisco contra el cambio climático

Ya en el año 2015, el mismo en el que se llevó a cabo la COP21 en París, el Papa Francisco había dado a conocer su encíclica denominada Laudato Si. En ella, el Santo Padre había exhortado a los Obispos y fieles católicos de todo el mundo a cuidar el medioambiente y disminuir el uso de combustibles fósiles para afrontar los peligros del cambio climático. 

Cinco años más tarde, en 2020, Francisco volvió a abordar estos temas en su publicación llamada Fratelli Tutti, que no solo habla sobre la responsabilidad de los seres humanos en la preservación del planeta, sino que aborda la importancia de trabajar en conjunto para resolver los problemas ecológicos y sociales que afronta el mundo. 

Su última muestra de responsabilidad ecológica, la Exhortación Apostólica, fue difundida el día 3 de octubre. Esta fecha conmemora la muerte de San Francisco de Asís, una figura a la que el Papa Francisco admira enormemente por su compromiso con los más humildes y, entre otras cosas, por ser un ecologista pionero. 

El impacto del cambio climático en los más necesitadosEn su encíclica Laudato si, el Sumo Pontífice destaca cómo la crisis climática tiene un efecto directo sobre la desigualdad y la injusticia social. Francisco resalta una gran verdad: los más afectados por el cambio climático, nunca son los mayores emisores de gases contaminantes que viven en países desarrollados, sino las comunidades más vulnerables del mundo. 

El cambio climático genera inundaciones y sequías que destruyen las cosechas. Esto no solo provoca una escasez de alimentos que aumenta los precios, sino que puede dar lugar a desplazamientos forzados de las personas más humildes, que ven cómo sus medios de subsistencia desaparecen de la noche a la mañana.

En definitiva, está claro cómo la pérdida de recursos naturales y la degradación del medioambiente pueden agravar la pobreza y la inestabilidad social de los países menos desarrollados. 

Pero además, el impacto del cambio climático se hace sentir en la salud de las personas más pobres. El Papa Francisco recuerda que las olas de calor extremo y las enfermedades causadas por la propagación de plagas como consecuencia del calentamiento global suelen afectar en mayor medida a ancianos y niños.  

Condena al negacionismo y la desinformación

A pesar de que los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes, continúan habiendo entes que se animan a negarlo o a minimizar su impacto real. En su Exhortación Apostólica sobre la crisis climática, el Santo Padre pone énfasis en la importancia de que todos los ciudadanos del mundo reconozcan la realidad del cambio climático y de los fenómenos extremos asociados a él, como sequías, incendios, inundaciones y terremotos.

Además, advierte que negar el cambio climático, o desinformar a las personas, como se ha vuelto costumbre entre algunos líderes del mundo, puede retrasar la adopción de medidas que permitan luchar contra el calentamiento global y la contaminación atmosférica. 

La denuncia contra los líderes internacionales

Para culminar su escrito, el Papa hace un llamado a los políticos de todo el mundo, las organizaciones ambientalistas como Greenpeace y entes internacionales como las Naciones Unidas, para que refuercen su lucha contra el cambio climático y a favor de la protección de los derechos humanos fundamentales, como la seguridad alimentaria y la salud. 

El cambio climático trasciende las fronteras, por lo que los pactos globales, como el Acuerdo de París, deben ser respetados por todos los países firmantes si realmente se quiere conseguir una reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero que pongan un freno al calentamiento global. Pero sin una verdadera voluntad política y mientras los líderes continúen cediendo a la presión de intereses particulares, esto no será posible. 

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