Greenpeace nos explica por qué las ballenas son tan importantes para el medio ambiente
Cada 23 de julio se conmemora el Día Mundial de las Ballenas y Los Delfines, también llamado Día Contra la Caza de Ballenas. La iniciativa se impulsó en el año 1986 por la Comisión Ballenera Internacional con el objetivo de generar conciencia y, de esa manera, contribuir a poner fin a la caza indiscriminada de estos animales, lo cual causa peligros de extinción y graves daños al ecosistema marino.Sin duda, Greenpeace fue un gran precursor de que se respete esta iniciativa.
¿Las ballenas corren riesgos de desaparecer?
Estos animales desempeñan un papel fundamental en la preservación del equilibrio, las condiciones y la diversidad del ecosistema marino. Sin embargo, a pesar de su importancia, muchos países cazan cetáceos bajo la pretensión de fines científicos, lo que ha llevado a numerosas denuncias por el maltrato a estas especies.
Durante el siglo XX, las ballenas estuvieron al borde de la extinción debido al rápido crecimiento de la industria ballenera y a factores ambientales como la contaminación del agua y el cambio climático.
Organizaciones internacionales como Greenpeace han confirmado que en el último siglo se han sacrificado más de 3 millones de ballenas en actividades de caza. La Comisión Ballenera Internacional también señala que cada dos minutos, algún cetáceo muere como resultado de la actividad pesquera. Estas acciones amenazan la supervivencia de estas especies y tienen un impacto negativo en todo el ecosistema marino.
Es por ello que es importante recordar la importancia que tienen estos animales para el planeta.
¿Cómo influyen y cuál es la importancia de las ballenas para la biodiversidad del planeta?
Las ballenas desempeñan un papel fundamental en el equilibrio y el funcionamiento adecuado del ecosistema marino, y su excremento, lejos de ser un simple desecho, desencadena una serie de efectos beneficiosos.
Sus heces son ricas en nutrientes clave como hierro y nitrógeno, lo que las convierte en un valioso fertilizante para el océano. Cuando defecan, liberan estos nutrientes en el agua, lo que estimula el crecimiento de pequeñas algas llamadas fitoplancton. Estas algas son la base de la cadena alimentaria marina, ya que son consumidas por pequeños crustáceos conocidos como krill. El krill, a su vez, es una fuente de alimento crucial para numerosas especies de peces, aves y mamíferos marinos, incluyendo a las propias ballenas.
Además, la fertilización que ocurre como resultado de sus heces puede desempeñar un papel en la mitigación de los impactos negativos del cambio climático. El hierro contenido puede ser hasta 10 millones de veces mayor que el del ambiente marino circundante. Esto desencadena florecimientos significativos de fitoplancton, que a su vez absorben miles de toneladas de carbono atmosférico anualmente.
Cuando mueren, sus enormes cuerpos se hunden hasta el fondo del mar, convirtiéndose en una fuente rica y nutritiva de alimento para una variedad de organismos marinos. Esto puede mantener un ecosistema diverso durante décadas.
¿Qué sucede con los plásticos en las profundidades y el hábitat de las especies marinas?
La contaminación de los océanos por plásticos tiene un impacto negativo en la vida marina de dos formas: a través de la ingestión y los enredos. Se ha registrado que más de 240 especies de vida silvestre, incluyendo ballenas, han ingerido plástico, lo que puede causarles lesiones internas y llevar a su muerte. El plástico flexible, como bolsas y envases, es la principal causa de su deceso debido a desechos, mayormente por obstrucciones gástricas. Sin embargo, estos animales no son los únicos afectados por la contaminación de este material; delfines, tortugas marinas, aves marinas y peces también sufren sus consecuencias.
En particular, los cachalotes, conocidos como los “elefantes del mar”, son gravemente afectados por los desechos plásticos. Estas ballenas, que viven en sociedades matriarcales complejas, se alimentan de calamares y pasan la mayoría de su vida buscando alimento en aguas profundas. El plástico, especialmente las bolsas que pueden parecer calamares, representa una amenaza mortal para ellos.
Las artes de pesca abandonadas o perdidas, conocidas como “redes fantasma”, también son una forma devastadora de contaminación marina por plásticos.
¿Cuál es la posible solución que propone Greenpeace?
La institución propone crear santuarios marinos que puedan proteger y alojar a las ballenas. De esta manera se les puede garantizar una calidad de vida óptima.
Asimismo, también destacan que es importante luchar contra el cambio climático para asegurar la vitalidad de estos mamíferos y las de sus siguientes generaciones.
Por último, hace un llamado a todos los estados del mundo para que presten atención a la regulación de la actividad pesquera y promuevan la promulgación de leyes al respecto. Además, invita a las Naciones Unidas a considerar la creación de un tratado de los océanos que tenga como objetivo la protección y conservación de las aguas internacionales.