¿Por qué los paneles solares ayudan a la agricultura?


En Colorado y Arizona, investigadores y agricultores descubrieron algo clave: mezclar energía solar con cultivos protege nada más y nada menos que a la tierra y mejora la producción. Con este escenario prometedor, la agrovoltaica crece como alternativa frente al cambio climático.
Brittany Staie camina entre hileras de verduras bajo un cielo despejado en Golden, Colorado. Trabaja en el huerto solar del Laboratorio Nacional de Energías Renovables (NREL), donde tomates y albahacas crecen bajo la sombra de paneles solares. “Estamos viendo resultados impresionantes. Las hojas de albahaca llegan a tener el tamaño de la palma de la mano”, cuenta Staie mientras recolecta muestras.
El fenómeno tiene nombre: agrovoltaica. Se trata de una tecnología que combina paneles solares con producción agrícola, y que empieza a ganar fuerza en el suroeste de Estados Unidos.
Uno de los proyectos pioneros es el Jardín Solar de Jack, en el condado de Boulder. Allí, entre 3.276 paneles solares, crecen acelgas del tamaño de un torso y rúculas con sabor más dulce. “Las verduras crecen enormes. Hay que picarlas para que entren en la heladera”, comenta Meg Caley, de la organización sin fines de lucro Sprout City Farms, que trabaja con el proyecto.
Caley asegura que el sabor también mejora. En Arizona, el equipo de Barron-Gafford ya ha cultivado más de 30 especies distintas bajo sombra: desde papas y col rizada hasta pak choi. “Tuvimos ejemplares del tamaño de un niño pequeño”, dice entre risas. Por otro lado, habló sobre una ventaja más cuando la sequía hace lo suyo en el sitio: el ahorro de agua. “Podemos reducir el riego a más de la mitad. Menos sol directo significa menos evaporación”, afirma.
Energía limpia, pero con obstáculos
El costo inicial de los sistemas solares sigue siendo una barrera. Kominek, fundador del Jardín Solar de Jack, invirtió más de dos millones de dólares para montar su sistema agrovoltaico de 1,2 MW. “Vale la pena”, asegura.
No todos los agricultores están convencidos. Un estudio de la Universidad de Arizona remarcó que diversos productores visualizan esta acción como imposible a grandes rasgos. “Es cara la mano de obra, el combustible, los tractores. Tenes que pensar en grande para que rinda”, dijo uno de los entrevistados.
También existen preocupaciones ambientales y de uso de la tierra. “Temen que los paneles afecten el suelo o limiten su operación actual. Hay desconfianza”, admite Caley. Para algunos, representa una solución integral; para otros, una amenaza al paisaje y a las tierras agrícolas.