Más de la mitad de las especies de aves del planeta están en declive por la deforestación

El 61 % de las especies del mundo sufre una caída en sus poblaciones por la pérdida de bosques y el avance de la frontera agrícola, según la nueva Lista Roja de la UICN.
“El hecho de que tres de cada cinco especies de aves del mundo tengan poblaciones en declive muestra lo profunda que se ha vuelto la crisis de biodiversidad”, advirtió Ian Burfield, coordinador científico global de BirdLife International, al presentar el informe más reciente de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El estudio, difundido en el marco del Congreso Mundial de la Naturaleza en Abu Dabi, evaluó más de 11.000 especies y concluyó que el 61 % de ellas se encuentra en retroceso. Las principales causas, según el documento, son la deforestación, la expansión agrícola y la pérdida acelerada de hábitats naturales.
América Latina y África, entre las regiones más afectadas
“Los bosques tropicales son el corazón de la biodiversidad mundial. Su pérdida no solo pone en peligro a las aves, sino a miles de especies que dependen de ellas para mantener el equilibrio ecológico”, explicó la bióloga argentina Natalia Politi, investigadora del CONICET.
La lista identifica a América Central, África Occidental y Madagascar como las zonas con los índices más altos de deforestación. En esos territorios, la tala para expandir la frontera agrícola o ganadera arrasó con millones de hectáreas de selva tropical. “El problema no es solo la pérdida de árboles —aclaró Politi—, sino el colapso de todo un ecosistema. Donde había una red de vida compleja, hoy hay vacíos.”
Un deterioro que avanza más rápido que la conservación
“La situación es alarmante y exige medidas concretas. Los gobiernos ya se comprometieron en distintos acuerdos internacionales, pero necesitamos ver acciones reales”, advirtió.
En la misma línea, Grethel Aguilar, directora general de la UICN, sostuvo que los ejemplos de recuperación, como el de la tortuga marina verde —que mejoró su estado gracias a décadas de conservación—, muestran que “la naturaleza responde cuando se la deja respirar”.
“El problema y mayor obstáculo ahora es detener la pérdida de hábitats antes de que sea irreversible, creería. Si seguimos destruyendo bosques al ritmo en que venimos, muchas especies no llegarán a la próxima generación. No podemos seguir considerando a las aves como un indicador lejano. Su declive nos dice que el planeta entero está enfermo”, alertó Aguilar.

