La lenta desaparición de los corales: advierten sobre el grave impacto ambiental de la extinción de los arrecifes


Cuando los corales mueren, no se descomponen ni se rompen; en su lugar, se desintegran, dejando solo un esqueleto calizo.
Este proceso ocurre de manera gradual. A medida que avanza el tiempo, lo que antes estaba lleno de algas, anémonas y peces de colores, se asemeja a un desolado pueblo fantasma en un antiguo oeste acuático.
Esto ha sucedido en diferentes períodos de la historia debido a contaminación específica, pero jamás como en la actualidad. Un anuncio del año pasado de la National Oceanic & Atmospheric Administration (NOAA) y de la International Coral Reef Initiative (ICRI) ya señalaba que se estaba enfrentando al cuarto episodio de blanqueamiento coralino global, siendo este el segundo en diez años. Este fenómeno empezó en el Caribe durante el verano de 2023 y continuó en el hemisferio sur durante el verano de 2023-24.
Derek Manzello, que coordina el programa de Vigilancia de Arrecifes de Coral de la NOAA, advirtió que “de febrero de 2023 a abril de 2024, se ha registrado un importante blanqueamiento de los corales tanto en el hemisferio norte como en el sur de cada una de las principales cuencas oceánicas.” En otras palabras, no se trata solo de que los corales se estén enfermando en un área específica, sino que parece tratarse de una especie de pandemia.
Esta no se origina a partir de un virus o bacteria que los amenace, sino como resultado del calor extremo en el agua. Actualmente, varios científicos de diversos lugares del mundo afirman que este último episodio de blanqueamiento es el más severo documentado hasta ahora, y que aún está en curso.
El comunicado detalla que “el estrés hídrico causado por el incremento de la temperatura en los océanos se ha confirmado en arrecifes de diversas regiones como el Atlántico, el Caribe, el Pacífico, el Índico, el Mar Rojo, y en los golfos de Persia y Adén”. Desde 2023, se han presentado blanqueamientos en 53 países, incluyendo Estados Unidos, México, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Colombia, Brasil, Australia, Fiji, además de varias naciones en el sudeste asiático y en África. Según datos del programa de Vigilancia de Arrecifes de Coral, entre enero de 2023 y el 20 de abril de 2025, el estrés térmico característico del blanqueamiento ha afectado al 83,7% de las zonas de arrecifes de coral a nivel mundial, y se ha registrado un blanqueamiento masivo en al menos 83 países y territorios.
El impacto y la extensión del estrés térmico son alarmantes. Algunos arrecifes que pensábamos que eran bastante resistentes y que habían escapado a daños severos, sufrieron muertes parciales en 2024. El fenómeno del blanqueamiento siempre causa preocupación, como si una nevada silenciosa hubiera cubierto el arrecife. Por lo general, se nota una falta de peces revoloteando y los colores vibrantes en el arrecife se desvanecen”, comentó Melanie McField, copresidenta del Comité Directivo del Caribe y fundadora y directora de la iniciativa Arrecifes Saludables para Gente Saludable (HRI).
El blanqueamiento no significa necesariamente la muerte, se asemeja más a una enfermedad grave que podría llevar a ella. El factor principal es el aumento de la temperatura del agua. El año pasado se registró como el periodo con las temperaturas atmosféricas más altas desde que existen registros.
La mayoría de los gobiernos y científicos del mundo coinciden en que este calentamiento global está relacionado con el aumento del dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero en la atmósfera.
De acuerdo con la NASA, actualmente hay 428 partes por millón de dióxido de carbono en el aire y la temperatura media global del año pasado superó los 1,5°C en comparación con la época previa a la industrialización.
Esta comparación es fundamental, ya que los científicos le atribuyen este aumento en la concentración de gases a la actividad humana, especialmente de los últimos 150 años.
Aunque 1,5°C puede parecer poco significativo, este incremento no se había observado de manera tan rápida en al menos los últimos 2000 años y representa cambios tanto en los climas de todo el planeta como en el océano. Se trata de aplicar la primera ley de la termodinámica: si la atmósfera se vuelve más caliente, el agua de los océanos también lo será.
Además, un estudio publicado el año pasado por la International Coral Reef Society (ICRS) determinó que, a diferencia de los dos primeros episodios de blanqueamiento, que fueron influenciados de forma significativa por El Niño, estos últimos se relacionan directamente con el cambio climático. Datos de Copernicus del año pasado indican que el récord de olas de calor marinas en todo el mundo también se triplicó.
“El calentamiento del océano se debe, en gran medida, a los gases de efecto invernadero que han sido emitidos por la continua quema de combustibles fósiles por parte de la humanidad. Para resumir, si deseamos que los arrecifes de coral continúen existiendo, es urgente que reduzcamos nuestras emisiones de manera significativa y mantengamos el calentamiento global por debajo de 1,5°C,” afirmó Peter Thomson, enviado especial del secretario general de las Naciones Unidas para el Océano.
Importancia
Solo en Estados Unidos, los arrecifes de coral ofrecen servicios que suman 3.400 millones de dólares. A nivel global, un estudio de 2014 indicaba que esta cifra ascendía a 10 billones de dólares. Los arrecifes son un imán para el turismo y albergan una gran cantidad de peces, lo que hace que muchos pescadores dependan de estos ecosistemas para su sustento.
Además, estas estructuras actúan como barreras naturales que protegen contra olas fuertes y tormentas. De acuerdo con NOAA, alrededor de 1.000 millones de personas en el planeta se benefician de los arrecifes, ya sea de manera directa o indirecta.
¿Qué se puede hacer?
Tanto NOAA como ICRS han propuesto que a nivel mundial se debe reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. A pesar de los intentos globales, los resultados han sido poco satisfactorios.
Además, ICRS sugiere que es crucial abordar los factores de estrés locales. Esto implica expandir las áreas marinas protegidas y tratar otras causas de mortalidad de los corales, como la contaminación y los residuos en el mar. Según los expertos, esto también requiere una regulación más estricta en los ecosistemas marinos.
“En cierta medida, debemos conservar los beneficios naturales que ofrecen los arrecifes de coral o, de lo contrario, obligar legalmente a los países que han contribuido a la crisis climática y que ahora se oponen a solucionarlo mediante acuerdos sobre el cambio climático. El principio de que el que contamina debe pagar no se aplica actualmente a los arrecifes de coral y necesita ser promovido completamente,” afirmó McField.