La campaña 30×30 para la protección de los océanos y hacia la sostenibilidad global
La campaña 30×30 es una iniciativa global que busca proteger el 30% de los océanos del mundo para el año 2030. En un momento crítico para el medio ambiente, esta campaña cobra especial relevancia, ya que el océano cubre más del 70% de la superficie terrestre, pero menos del 3% de este se encuentra bajo una protección estricta. Las Áreas Marinas Protegidas (AMP) son clave para la conservación de los ecosistemas marinos y, al mismo tiempo, para mitigar los efectos del cambio climático.
Las Áreas Marinas Protegidas (AMP) son espacios dentro del océano que reciben una protección especial para preservar su biodiversidad y recursos. Al igual que los parques nacionales en tierra, estas áreas se establecen para limitar o regular actividades humanas que puedan dañar los ecosistemas marinos, como la pesca excesiva, la explotación minera o la contaminación. Las AMP son esenciales para la conservación de especies marinas y el restablecimiento de hábitats dañados, lo que permite que los ecosistemas se regeneren y continúen proporcionando servicios vitales para el planeta.
Estas áreas pueden incluir manglares, arrecifes de coral, bosques submarinos y otros ecosistemas marinos críticos. Un ejemplo destacado es la Gran Barrera de Coral, que se considera una de las AMP más grandes y conocidas del mundo. Proteger áreas tan diversas no solo ayuda a preservar la biodiversidad, sino que también ofrece beneficios económicos a largo plazo al mejorar las poblaciones pesqueras y fortalecer las economías locales.
¿Cómo puede la campaña 30×30 combatir el cambio climático?
El objetivo de la campaña 30×30 no solo es proteger la biodiversidad marina, sino también mejorar la capacidad de los océanos para actuar como sumideros de carbono. Los océanos desempeñan un papel fundamental en la regulación del clima, ya que absorben grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera. Sin embargo, la actividad humana, como la pesca de arrastre, ha alterado este proceso natural al liberar carbono atrapado en los sedimentos marinos, lo que contribuye al aumento de la acidificación oceánica y la pérdida de biodiversidad.
Proteger las áreas marinas permite mitigar estos efectos negativos. Al establecer más AMP, se puede reducir la práctica destructiva del pesca de arrastre y otras actividades que dañan los ecosistemas submarinos, restaurando así la capacidad de los océanos para absorber CO2 de manera más eficiente. Un estudio de 2021 publicado en la revista Nature reveló que la pesca de arrastre genera una emisión de carbono comparable a la de la aviación comercial. Limitar esta práctica y otras similares es crucial para combatir el cambio climático.
¿Qué impacto tendría la campaña 30×30 en la protección de los océanos?
Si se lograra proteger el 30% de los océanos para 2030, los beneficios serían significativos. Según un estudio realizado por la Marine Conservation Institute, un esfuerzo global para aumentar las áreas marinas protegidas podría aumentar las poblaciones de especies marinas en peligro y mejorar las cosechas pesqueras. Además, la campaña 30×30 podría contribuir a restaurar los hábitats marinos degradados, lo que permitiría una mayor recuperación de ecosistemas y un mejor equilibrio de las poblaciones de peces.
La campaña también tiene un fuerte componente de cooperación internacional, ya que la protección de los océanos requiere un enfoque global. La creación del Tratado de los Altos Mares de la ONU en 2023 es un paso fundamental para garantizar la protección legal de las áreas marinas fuera de las aguas territoriales, que cubren aproximadamente dos tercios del océano. Este acuerdo tiene el potencial de transformar la conservación marina internacional y apoyar la meta de proteger el 30% de los océanos para 2030.