Hernán Giardini: “La Argentina está entre los países que más destruyen sus bosques”


“La Argentina pierde unas 200.000 hectáreas de bosques por año y eso nos ubica entre los diez países que más destruyen sus bosques en el mundo”, advirtió Hernán Giardini, coordinador de la campaña de bosques de Greenpeace Argentina, en diálogo con La Nación.
La frase resume más de dos décadas de trabajo en terreno, denunciando desmontes ilegales y acompañando a comunidades campesinas e indígenas en el norte del país.
“La Ley de Bosques está vigente, pero no se cumple”
En entrevistas con Infobae, Giardini fue claro al señalar la brecha entre la norma y la realidad: “La Ley de Bosques fue un logro histórico, pero hoy el problema es la falta de implementación. Los desmontes ilegales siguen avanzando con complicidad política”.
Y agregó: “Las provincias permiten desmontar en zonas donde está prohibido. Y el Gobierno nacional no controla ni sanciona como debería”.
“Deforestar es contribuir al cambio climático”
Para Giardini, no se trata solo de un problema local: “Cada vez que se deforesta, se liberan enormes cantidades de gases de efecto invernadero. Es como encender una bomba de carbono. Si la Argentina quiere cumplir con sus compromisos climáticos, no puede seguir perdiendo bosques”, señaló a Clarín.
También explicó que los desmontes no son inevitables: “Se desmonta principalmente para expandir la soja y la ganadería. No es que la gente necesite leña para sobrevivir. Es un modelo de agronegocios que arrasa con todo”.
“Los desmontes expulsan comunidades”
En diálogo con Página/12, Giardini subrayó el costado social: “Los desmontes no solo destruyen la biodiversidad, también expulsan a familias campesinas y comunidades indígenas que viven en esas tierras desde hace generaciones”.
Y remarcó: “La deforestación no es un problema ambiental aislado: es también un problema de derechos humanos”.
“El Estado tiene las herramientas, pero no la voluntad política”
En declaraciones recogidas por Greenpeace, Giardini sostuvo: “No se trata de falta de leyes o de recursos técnicos. El Estado tiene las herramientas. Lo que falta es voluntad política para enfrentar a los intereses económicos detrás de la deforestación”.
Además, lanzó una advertencia: “Si seguimos a este ritmo, en pocas décadas el Gran Chaco argentino podría quedar reducido a islas de monte rodeadas de soja y ganado”.