¿Qué son los combustibles fósiles?
Gran parte de la energía del mundo procede de los materiales formados hace cientos de millones de años, los llamados combustibles fósiles, y ello tiene consecuencias medioambientales.
En este artículo te contaremos cuál es su significado.
Combustibles fósiles: significados y tipos
Los combustibles fósiles son fuentes de energía derivadas de la descomposición de materia orgánica, como animales, plantas y microorganismos, a lo largo de millones de años. Se clasifican en tres tipos principales: petróleo, carbón y gas natural. Estos combustibles desempeñan un papel destacado en la matriz energética global y representan el 80% de la demanda actual de energía primaria a nivel mundial, según las Naciones Unidas.
Existen varios grupos de combustibles fósiles. Entre ellos se pueden mencionar:
- Carbón
Es una roca sedimentaria que se presenta en trozos negros o marrones, con una textura que varía desde desmenuzable hasta relativamente dura. Su formación se remonta al período Carbonífero, hace unos 300 a 360 millones de años, cuando las algas y los restos de la vegetación de los bosques pantanosos se acumularon bajo las capas de barro.
Extraído mediante métodos superficiales o subterráneos, el carbón abastece aproximadamente un tercio de la demanda energética mundial. En 2018, China, India y Estados Unidos fueron los principales consumidores y productores del mismo.
El carbón se clasifica en cuatro categorías: antracita, bituminoso, subbituminoso y lignito, según su contenido de carbono.
Las emisiones de dióxido de carbono generadas por la quema de carbón representan el 44% del total mundial, siendo la principal fuente de aumento de la temperatura global por encima de los niveles preindustriales.
El uso del carbón tiene graves consecuencias para la salud y el medio ambiente. A pesar de su declive en países como Estados Unidos, debido a preocupaciones ambientales y la competencia del gas natural, la demanda de carbón aumentó en otros lugares, como la India.
- Petróleo
El petróleo crudo, un líquido compuesto principalmente por carbono e hidrógeno, presenta típicamente un color negro, aunque existe en diversas tonalidades y viscosidades según su composición química. Gran parte de este recurso se formó durante el período Mesozoico, aproximadamente entre 252 y 66 millones de años atrás, cuando el plancton, las algas y otras materias se hundieron en el fondo de los antiguos mares y quedaron enterrados.
Extraído de pozos en tierra y en el mar, el petróleo crudo se somete a procesos de refinación para obtener diversos productos petrolíferos, como gasolina, diésel y gasóleo de calefacción. Los principales países productores de petróleo son Estados Unidos, Arabia Saudí y Rusia, que en conjunto representan casi el 40% del suministro mundial.
El uso del petróleo contribuye a casi la mitad de las emisiones de carbono en Estados Unidos y cerca de un tercio del total mundial. Además de la contaminación atmosférica generada por su quema, la perforación y el transporte han causado varios accidentes significativos, como el derrame del Exxon Valdez en 1989, el desastre de Deepwater Horizon en 2010, el devastador descarrilamiento del tren petrolero en Lac-Mégantic en 2013, el naufragio del Prestige en 2002 en España, y miles de incidentes en oleoductos.
A pesar de estos impactos ambientales, la demanda de petróleo sigue en aumento, impulsada no solo por la necesidad de movilidad, sino también por la fabricación de numerosos productos, incluyendo plásticos, que generalmente se derivan de productos petroquímicos obtenidos del petróleo y el gas.
- Gas natural
El gas natural, compuesto principalmente por metano, generalmente se encuentra en depósitos formados hace millones de años a partir de materia vegetal y organismos en descomposición, de manera similar a los depósitos de carbón y petróleo. Tanto la producción de gas natural como la de petróleo han experimentado un notable aumento en Estados Unidos en las últimas dos décadas, gracias a los avances en la técnica de perforación conocida como fracking.
La combinación de fracking, o fracturación hidráulica, con perforación horizontal y otras innovaciones ha permitido a la industria de los combustibles fósiles extraer recursos que anteriormente eran demasiado costosos de alcanzar. Como resultado, el gas natural ha superado al carbón y se ha convertido en el principal combustible para la generación de electricidad en Estados Unidos, que lidera la producción mundial de gas natural, seguido por Rusia e Irán.
Aunque el gas natural es más limpio en términos de emisiones en comparación con el carbón y el petróleo, aún contribuye con alrededor de una quinta parte de las emisiones totales a nivel mundial, sin contar las llamadas emisiones fugitivas que escapan de la industria, las cuales pueden ser significativas. No todas las fuentes de gas natural en el mundo se explotan activamente, y se están evaluando recursos como los hidratos de metano submarinos, donde el gas queda atrapado en agua congelada, como una posible fuente de gas.