Un proyecto busca restaurar los manglares colombianos

Los manglares son ecosistemas esenciales tanto para la biodiversidad como para la estabilidad climática del planeta. Estos hábitats son capaces de almacenar hasta ¡5 veces más carbono por hectárea que los bosques tropicales!, pero además sirven de hogar a cientos de especies en peligro de extinción y son un escudo natural contra desastres climáticos como los huracanes.

Por estos motivos, el proyecto Vida Manglar, en la Bahía de Cispatá (Colombia) busca revolucionar la conservación de estos ecosistemas mediante una iniciativa que combina la acción de las comunidades locales, organizaciones ambientalistas como Greenpeace Colombia y el gobierno nacional. 

Mediante sus esfuerzos conjuntos se trabaja para proteger 7.500 hectáreas de manglares a lo largo y ancho del territorio colombiano. Pero además, un 92% de los ingresos por créditos de carbono  conseguidos por este proyecto se han reinvertido en las comunidades que dependen de estos ecosistemas.

¿Por qué se dice que los manglares son guardianes de la biodiversidad y del clima?

Los manglares se caracterizan por combinar tierra y mar dentro de un mismo ecosistema. Gracias a esta conjunción, sirven de refugio para cientos de especies amenazadas: desde peces y aves, hasta grandes mamíferos. Por otro lado, estos hábitats actúan como barreras naturales, protegiendo a más de 15 millones de personas de tormentas e inundaciones, y previniendo pérdidas por destrozos de infraestructura por un valor de ¡65 mil millones de dólares anuales!

Sin embargo, un relevamiento realizado desde 1996 en todo el mundo reveló que cerca de la mitad de los manglares del planeta se han perdido como resultado de actividades humanas como la deforestación para la acuicultura, la producción de aceite de palma y el cambio climático. Según estimaciones de expertos, ¡solo quedan 147 mil kilómetros cuadrados de manglares en todo el mundo! 

Pero además de su gran valor ecológico, los manglares cumplen un rol vital en la lucha contra el cambio climático, ya que capturan grandes cantidades de dióxido de carbono en sus suelos y biomasa. Estos gases, conocidos como “carbono azul”, son fundamentales para mitigar el calentamiento global que está causando tantas catástrofes ambientales alrededor del planeta.

¿Cómo funciona Vida Manglar?

El proyecto Vida Manglar se ha convertido en un ejemplo a seguir por otros países en materia de conservación. Gracias a la colaboración de organizaciones como INVEMAR, Conservación Internacional y la Fundación Omacha, este emprendimiento trabaja día a día para restaurar 7500 hectáreas de manglares involucrando activamente a las comunidades que habitan estos lugares.

Una de las características más destacadas del proyecto tiene que ver con la reinversión: un 92% de los ingresos generados por los créditos de carbono que se obtienen de la restauración son reinvertidos directamente en las comunidades afectadas por la degradación de estos ecosistemas. 

A través de programas de capacitación y desarrollo económico, más de 435 familias locales se han visto beneficiadas. Además, se ha hecho un enfoque especial en la inclusión de las mujeres de la comunidad, quienes hasta el momento representan un 42% de los participantes de los talleres y proyectos. Por otro lado, la iniciativa ha logrado generar cerca de un millón de toneladas métricas de carbono capturado, beneficiando al clima global y mejorando la resiliencia de estas regiones frente a huracanes, inundaciones y tormentas. 

¿Por qué los manglares están en peligro?

A pesar de pequeños avances como el que representa el Proyecto Vida Manglar, estos ecosistemas continúan bajo riesgo como resultado de la deforestación que busca reemplazarlos por tierras utilizadas para desarrollar actividades económicas como la acuicultura y la agricultura. A esto se suma la amenaza del cambio climático, que incrementa su degradación al alterar las condiciones necesarias para que los manglares se regeneren.

Pero iniciativas como Vida Manglar demuestran que es posible revertir estos daños. ¿Cuál es la clave para lograrlo? Que las comunidades, los gobiernos y las organizaciones internacionales trabajen codo a codo. De hecho, el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras “José Benito Vives de Andréis” (INVEMAR) ha destacado que los proyectos liderados por las personas que habitan los ecosistemas degradados suelen ser más sostenibles y efectivos, ya que generan un sentido de pertenencia que asegura la continuidad de los esfuerzos de conservación.

Contactate con Ecoactivismo

Envianos tus comentarios y consultas