La defensa del ambiente y el territorio en Colombia enfrenta desafíos extraordinarios. Las cifras impactantes de violencia muestran una realidad cruda: entre 2012 y 2022, 1910 defensores ambientales perdieron la vida en todo el mundo, y Colombia ha sido catalogada como uno de los países más peligrosos para aquellos que protegen los recursos naturales.
Soraida Chindoy: tragedia y resiliencia en las montañas del Putumayo
Soraida Chindoy, una mujer indígena Inga, tiene sus raíces en las montañas del Putumayo, donde aprendió desde joven a valorar y proteger su territorio. Sin embargo, su vida dio un giro trágico en 2017, cuando una avalancha de lodo devastó su comunidad en Mocoa, dejando un rastro de destrucción y pérdida de vidas. Esta tragedia fue un punto de inflexión para Soraida, quien se comprometió aún más a defender su tierra de la explotación minera y la deforestación.
María Alis Ramírez: del exilio forzado al activismo global
María Alis Ramírez, residente del departamento de Caquetá, enfrentó amenazas de muerte por su oposición a la minería y la explotación petrolera. Estas amenazas la obligaron a abandonar su hogar y buscar refugio en Nueva Zelanda en 2019. A pesar de la distancia, su compromiso con la protección del medio ambiente sigue siendo inquebrantable, y reflexiona sobre los complejos intereses que amenazan su tierra natal.
Maydany Salcedo: defensa incansable en Piamonte, Cauca
Maydany Salcedo, líder comunitaria en el municipio de Piamonte, Cauca, ha dedicado su vida a luchar contra la expansión de la frontera agrícola, los cultivos ilícitos y la deforestación. Fundadora de la Asociación Municipal de Trabajadoras y Trabajadores Campesinos de Piamonte (Asimtracampic), enfrenta constantes amenazas mientras trabaja por la creación de corredores biológicos para proteger especies en peligro de extinción.
Hacia un futuro sostenible y seguro
Las historias de Soraida Chindoy, María Alis Ramírez y Maydany Salcedo destacan la valentía y la dedicación de las mujeres que defienden el ambiente en Colombia. Su lucha es un recordatorio poderoso de la urgencia de proteger los recursos naturales y garantizar la seguridad de quienes los protegen. El llamado de las organizaciones ambientalistas del mundo, incluyendo a Greenpeace Colombia, destaca un imperativo común a toda la región: que todos trabajemos juntos para crear un futuro sostenible y seguro para las generaciones venideras.
En conclusión, las mujeres defensoras del ambiente en Colombia enfrentan desafíos significativos, pero su determinación y valentía son inspiradoras. Su labor es fundamental para proteger la biodiversidad y los ecosistemas de la Amazonía colombiana, y es responsabilidad de todos apoyarlas en esta importante misión.
La valentía y la resistencia de estas mujeres son un ejemplo inspirador para todos nosotros, y debemos apoyar sus esfuerzos en la defensa del ambiente y el territorio. Juntos, podemos trabajar hacia un futuro más sostenible y seguro para todos.
