¿Cuál es el futuro escenario si América Latina no lucha contra el cambio climático?
Un nuevo documento de la calificadora Moody ‘s señaló que si los gobiernos de América Latina no toman medidas urgentes para combatir el cambio climático, el deterioro económico será constante y se estima que hacia el 2075 la región pierda un 10% de su Producto Bruto Interno (PBI). Esto podría llevar a un cierre del siglo XXI con una caída económica del 16%.
¿Cómo se percibe América Latina ante el impacto del cambio climático?
La sola idea de que Latam pueda perder el 16% de su PBI es abrumador. Esta cifra, que se daría en el peor de los casos,ha sido calificada como el “escenario pesadilla”, involucrando a países como Brasil, Colombia, México y Venezuela. Esta es la lista de naciones más afectadas por este fenómeno por ser los principales productores y consumidores de combustibles fósiles en la actualidad.
La destrucción de la capacidad de producción física y las cargas para el sistema financiero son los costos económicos que la calificadora asocia al cambio climático. Asimismo, la acción tardía por parte de los gobiernos también influiría, por el hecho de que este fenómeno es una realidad y ya está afectando a las distintas comunidades.
La calificadora hizo énfasis en su informe en el hecho de que las políticas y medidas tempranas son más eficaces y registran pérdidas más bajas previendo de esta manera que en los próximos 50 años haya una inflación más alta y pérdidas de producción inferiores al 4, 5%, para estabilizarse en 3.5% en el 2100.
Un informe reciente promulgado por el Fondo Monetario Internacional detalló que , aunque el cambio climático inquieta a las personas, el sentimiento no se materializa en el respaldo hacia políticas que buscan el cuidado del planeta.
Bo Li, director gerente adjunto del FMI, comentó que queda mucho por hacer en materia de conservación y protección de la Tierra para conseguir que el aumento de la temperatura mundial sea inferior a 1,5°C o 2° C con respecto a la era preindustrial.
Para abordar esta disparidad, se requerirán medidas decididas y cuidadosamente equilibradas destinadas a acelerar la transición verde. No obstante, si estas acciones no cuentan con el respaldo de los ciudadanos, el esfuerzo podría resultar en vano.
¿Cuáles son los futuros escenarios en la región?
Las estimaciones más recientes de la asociación de investigación Climate Action Tracker indican que si se mantienen las políticas actuales en todo el mundo, la temperatura media global podría aumentar peligrosamente en 2,7°C para el año 2100. Esto se alinea con las proyecciones de las Naciones Unidas publicadas en octubre de 2022, que predicen un aumento promedio de 2,5°C a finales de este siglo si solo se cumplen los compromisos ambientales actuales.
Desde la perspectiva de Moody ‘s, el cambio climático plantea dos tipos de riesgos: el riesgo físico y el riesgo de transición. El primero se refiere al daño real que este fenómeno puede causar a la economía, incluyendo la degradación de las infraestructuras de producción y la afectación de la salud de los trabajadores expuestos a condiciones climáticas extremas. El riesgo de transición, por otro lado, se relaciona con los costos económicos derivados de las políticas para combatirlo, como las medidas de descarbonización.
Ante este panorama bastante desalentador, Moody ‘s propone tres escenarios que evalúan los efectos económicos al combinar los riesgos mencionados, tomando un ejemplo para simular los distintos escenarios posibles.
Caso de referencia. Este escenario supone que el cambio climático no afecta significativamente la economía, por lo que no se requieren acciones políticas para detenerlo.
- Política actual. En este escenario, no se implementan medidas adicionales para combatir la crisis climática más allá de las ya en marcha. No se considera un riesgo de transición, pero el riesgo físico persiste debido a la ocurrencia de eventos climáticos graves.
- Política temprana. En este caso, los gobiernos adoptan medidas políticas de inmediato para reducir las emisiones de carbono y alcanzar cero emisiones para 2050. Los daños físicos se minimizan, aunque persisten riesgos de transición, que disminuyen con el tiempo debido a políticas gubernamentales más flexibles.
- Política tardía. Aquí, las medidas políticas para abordar el cambio climático se posponen hasta 2030. A pesar de la reducción de daños físicos, la economía enfrenta interrupciones significativas una vez que los gobiernos implementen políticas a un ritmo más acelerado a partir de 2030. Este escenario presenta el mayor riesgo de transición.
En términos generales, estas simulaciones de escenarios muestran que la economía en América Latina está sufriendo un fuerte impacto negativo del cambio climático en los tres casos de políticas en comparación con el caso de referencia. No obstante, las pérdidas varían en función del tipo de políticas aplicadas.