Argentina y Chile trabajan juntos para salvar al cóndor andino
El Programa de Conservación del Cóndor Andino (PCCA) nació como una alianza entre conservacionistas de Argentina y Chile para recuperar y preservar a esta emblemática ave de Sudamérica. Desde hace años, el cóndor andino se enfrenta a diversas amenazas que lo han llevado al borde de la extinción.
Ante este escenario, el PCCA surgió como una luz de esperanza que, mediante el rescate y la reproducción artificial de ejemplares, busca salvaguardar tanto su rol primordial como carroñero en los ecosistemas de la región, como lo que este imponente animal representa para la herencia cultural de los pueblos originarios de ambos países.
Gracias al esfuerzo conjunto de organizaciones ambientalistas como Greenpeace, voluntarios y miembros de comunidades indígenas, el programa ha logrado liberar más de un centenar de cóndores, rescatando a muchos de ellos de peligros generados por los humanos y celebrando cada vuelta a la libertad con un ritual guiado por líderes de los pueblos nativos.
¿Cuáles son los peligros que enfrenta el Cóndor Andino?
El territorio del cóndor andino (Vultur gryphus) se extiende desde Venezuela hasta Tierra del Fuego, en el sur de Argentina. Es por eso que esta ave desempeña un papel esencial para mantener el equilibrio ecológico a lo largo de toda la Cordillera de los Andes. Al tratarse de un carroñero que se alimenta de animales muertos, como llamas o guanacos, el cóndor previene la propagación de enfermedades y permite que otros carroñeros más pequeños como el jote de cabeza negra o el peuquito puedan alimentarse.
La mayor amenaza que enfrentan los cóndores en la actualidad tiene que ver con el envenenamiento por cebos tóxicos. Por falta de educación y conocimiento, los pobladores rurales suelen utilizar este tipo de venenos para proteger su ganado de depredadores como los pumas. Por lo que, cuando el cóndor baja a alimentarse de sus carroñas, se enfrenta a una muerte casi segura por intoxicación.
El PCCA intenta contrarrestar estas muertes a través de la distribución de kits de rescate y tratamiento para cóndores envenados, así como mediante la implementación de planes que eduquen a las comunidades locales sobre los peligros de los cebos tóxicos para este animal tan importante para el ecosistema andino.
Otro gran peligro para las aves es la propagación de estructuras humanas dentro de su territorio. Los molinos utilizados para generar energía eólica, por ejemplo, cuentan con aspas enormes capaces de moverse a grandes velocidades. Muchos cóndores quedan mortalmente heridos o fallecen al chocar accidentalmente con ellas.
De la reproducción a la liberación
El programa de conservación del cóndor andino se basas en 3 pilares fundamentales: la reproducción artificial, el rescate y la liberación. El primero de ellos se logra a través de la formación de parejas capaces de reproducirse y la crianza de sus pichones en laboratorios. Gracias a este método, el PCCA ya ha logrado más de 80 nacimientos en los últimos 32 años.
Los ciclos de rescate se realizan en colaboración con el personal de Gendarmería Nacional y de los parques nacionales a ambos lados de la cordillera. Estos equipos de rescate proporcionan atención médica y traslado en casos de envenenamiento y accidentes con estructuras humanas. Además, intervienen para combatir asuntos relacionados con el tráfico ilegal.
La última etapa es la liberación de los cóndores, tanto de aquellos que fueron rescatados, como de los que nacieron en el programa. Estas liberaciones se realizan siguiendo los ritos culturales propios de las comunidades indígenas. De esta manera se busca reforzar la conexión entre el cóndor andino y los seres humanos.
La herencia cultural del Cóndor Andino
El biólogo y codirector del proyecto, Luis Jácome, destaca la importancia de integrar la cosmovisión de los pueblos originarios al trabajo científico que se realiza en la región. El programa trabaja junto a comunidades indígenas como los diaguitas y los mapuches, para honrar al cóndor andino como un ave legítima de los Andes.
A través de los rituales asociados a su liberación, se intenta crear una conciencia en el público acerca de la importancia de la conservación de estos animales. Las enseñanzas de los pueblos originarios, transmitidas de generación en generación, son un gran ejemplo de cómo el bienestar humano está fuertemente relacionado con la salud de los ecosistemas que estos habitan. Por lo que la preservación de la flora y la fauna del lugar son vitales para su supervivencia.