Glaciares en peligro: ¿Por qué es urgente proteger las fuentes de agua dulce del país?


Los glaciares argentinos se encuentran en peligro inminente debido a los efectos del cambio climático y el impacto de actividades humanas como la minería a cielo abierto. Estos gigantes de hielo son fundamentales para el equilibrio ambiental y la seguridad hídrica del país, ya que abastecen de agua a millones de personas y sostienen la biodiversidad de los ecosistemas de montaña.
Por este motivo, su desaparición tendría efectos devastadores tanto en el acceso al agua potable como en la estabilidad climática de toda la región. Pero a pesar de su importancia, en las últimas décadas los glaciares han estado retrocediendo a un ritmo acelerado. Los aumentos de temperatura generados por las emisiones de gases de efecto invernadero y actividades económicas como la minería industrial han ido amenazando su conservación.
Y a menos que se garantice el cumplimiento de las normas que los protegen (como la Ley de Glaciares que el gobierno de Javier Milei quiso derogar) su desaparición podría ser irreversible en las próximas décadas. Es por eso que organizaciones ambientalistas como Greenpeace Argentina siguen luchando para que el Estado establezca políticas públicas más estrictas para protegerlos.
¿Por qué los glaciares son tan importantes para el futuro del país?

En la Argentina existen más de 16 mil glaciares. Estos cuerpos de hielo conforman una de las principales reservas de agua dulce del continente y como reguladores hídricos naturales, liberando agua en forma gradual y dando vida a los ríos y lagos del país, esenciales tanto para sostener la vida humana como la biodiversidad de todos los ecosistemas argentinos.
Por otro lado, los glaciares son importantísimos para regular el clima mundial, ya que reflejan la radiación solar y contribuyen a mantener temperaturas moderadas en sus alrededores. Pero a medida que se derriten, no solo disminuye la disponibilidad de agua, sino que también se alteran los patrones climáticos locales, generando sequías e inundaciones en todo el territorio.
A largo plazo, y sin medidas que ayuden a mitigar su derretimiento, el impacto de este retroceso podría extenderse a distintas regiones del país, afectando la producción agropecuaria y el acceso a recursos esenciales para toda la población.
A 15 años de la Ley Nacional de Glaciares
Este año se cumplen 15 años de la sanción de la Ley Nacional de Glaciares (Nro 26.639), una normativa pionera en la protección de estos ecosistemas. La ley establece la prohibición de actividades extractivas que puedan dañar los glaciares y su entorno periglacial. De esta forma se buscó proteger a una de las principales fuentes de agua dulce del país.
Y si bien su aprobación fue un logro histórico para el ambientalismo, su implementación ha quedado a deber. La presión de diversos sectores económicos interesados en explotar los recursos naturales de estas zonas protegidas se tradujo en una serie de obstáculos que día a día ponen en peligro a estos ecosistemas vitales.
La extracción minera y otras actividades industriales continúan amenazando a los glaciares y generando controversias entre las comunidades locales, las organizaciones ecologistas y los gobiernos locales y nacionales. Por eso es necesario que el Estado refuerza la fiscalización de proyectos industriales cercanos a los glaciares y garantice el cumplimiento estricto de la ley.
¿Cómo afecta el cambio climático a los glaciares argentinos?
Según estudios realizados por el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA), el retroceso glaciar es una de las señales más preocupantes del cambio climático. En las últimas décadas, las altas temperaturas han acelerado la pérdida de masa glaciar en el país.

Y lo que es peor, la comunidad científica estima que a menos que las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan de forma drástica, ¡más del 80% de los glaciares del mundo podrían desaparecer antes de fin de siglo! Esto no solo dejaría al mundo sin agua, sino que provocaría serios desequilibrios en los ecosistemas.
Por eso, es importantísimo que el gobierno nacional (en lugar de negar el cambio climático) ponga un freno al deterioro glaciar a través de medidas concretas que contribuyan a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. Solo así será posible que las próximas generaciones de argentinos disfruten de estas maravillas heladas y de todos sus beneficios.