El empresario condenado por ecocidio en Punta Tombo evitará la prisión


Ricardo La Regina, empresario involucrado en un caso que conmocionó a la opinión pública, recibió una condena de tres años de prisión condicional por su responsabilidad en la destrucción del hábitat de los pingüinos de Magallanes en Punta Tombo. Aunque hallado culpable de daño agravado y crueldad animal, no cumplirá pena efectiva de prisión.
Condena condicional y medidas complementarias
La sentencia, emitida por el Superior Tribunal de Justicia de Chubut, establece que La Regina deberá abstenerse de transitar con vehículos de gran porte por la zona, además de obtener autorización para cualquier obra o mejora en el área afectada. También se le ordenó colaborar en las tareas de restauración ambiental y asumir los costos del proceso judicial. Aunque dos jueces respaldaron esta decisión, uno de ellos, Carlos Richeri, disintió y propuso una pena de cuatro años de prisión efectiva, argumentando la gravedad y magnitud del daño causado.
Richeri subrayó que la acción de La Regina carece de atenuantes que justifiquen una reducción de la pena. Según su opinión, los medios empleados, la naturaleza del delito y el impacto ambiental justificaban la aplicación de la máxima sanción prevista en la ley.

Destrucción del hábitat de los pingüinos en Punta Tombo
El caso que llevó a juicio a La Regina está relacionado con el desmonte ilegal de vegetación nativa y la remoción de suelo en Punta Tombo, llevado a cabo sin las autorizaciones correspondientes. Estas acciones provocaron la destrucción del hábitat de los pingüinos de Magallanes, afectando tanto su reproducción como la supervivencia de los ejemplares de distintas edades. Además, se reportó el arrollamiento de huevos y pingüinos vivos, lo que derivó en lesiones y muertes.
El tribunal determinó que los daños ocurrieron durante varios períodos en 2021. Aunque La Regina fue encontrado culpable de crueldad animal en los hechos ocurridos entre noviembre y diciembre, fue absuelto de este delito en los incidentes registrados en agosto y septiembre. Las obras ejecutadas incluyeron caminos y desmontes que afectaron el ecosistema del área protegida.
Fallo judicial con enfoque ambiental
Los magistrados destacaron que el hábitat de los pingüinos es un bien público protegido por leyes locales e internacionales. En su fallo, recalcaron que los nidos de estas aves forman parte del patrimonio natural, el cual no puede ser apropiado ni destruido por intereses privados. Además, ordenaron la intervención inmediata del gobierno provincial para preservar el entorno natural de Punta Tombo.
El juez Richeri enfatizó la necesidad de sancionar severamente este tipo de conductas para disuadir futuras acciones similares. Según su declaración, el daño ecológico ocasionado por La Regina es irreparable, lo que amerita un reproche contundente.

Reacción de las organizaciones ambientalistas
La querella estuvo representada por la Fundación Patagonia Natural, Greenpeace Argentina y la Asociación Argentina de Abogados/as Ambientalistas, quienes celebraron la condena como un precedente significativo. Lucas Micheloud, de esta última asociación, destacó que la sentencia no sólo responsabiliza al empresario, sino que también implementa medidas para restaurar el daño y prevenir futuras afectaciones.
Desde Greenpeace, Matías Arrigazzi calificó el fallo como histórico y resaltó su importancia para la protección de áreas naturales y los derechos de los animales. Por su parte, José María Musmeci, de la Fundación Patagonia Natural, afirmó que este caso marca un punto de inflexión en la justicia ambiental al abordar el concepto de ecocidio.
Futuro del caso
La sentencia impone una serie de restricciones y obligaciones al empresario, cuyo incumplimiento podría derivar en prisión efectiva. Los activistas ambientales consideran que este fallo representa un avance significativo en la protección de los ecosistemas y en la aplicación de justicia frente a delitos contra la naturaleza.
Este caso pone de manifiesto la importancia de preservar el equilibrio ecológico y de garantizar que las áreas protegidas sean gestionadas con responsabilidad. Mientras tanto, Punta Tombo seguirá siendo un recordatorio de la vulnerabilidad de los hábitats naturales frente a la actividad humana desmedida.