¿Cómo se prepara América Latina para un futuro con altas temperaturas?
Las altas temperaturas se han convertido en uno de los mayores peligros derivados del cambio climático, principalmente en el hemisferio norte, donde el verano rompió récords.
Según advertencias de la Organización Meteorológica Mundial(OMM), las olas de calor podrían llegar hasta los 40 °C en el Mediterráneo, África, Asia y América del Norte, con un impacto extremo en la salud de las personas. Estas consecuencias también se verán reflejadas en América Latina.
El Niño en Argentina a lo largo de los años
Desde la década de 1960 hasta la actualidad, se han registrado 21 fenómenos ENOS durante la primavera en Argentina. Estas extensas estadísticas proporcionan una comprensión más profunda de cómo se comporta el clima en nuestro país bajo las condiciones de El Niño.
Durante estas temporadas, la vinculación entre El Niño y las precipitaciones ha sido innegable, lo que ha llevado a un aumento del riesgo climático en diversas zonas. La necesidad de estar preparados para enfrentar las consecuencias de El Niño se convierte en una prioridad para garantizar la seguridad de la población y la resiliencia de las comunidades afectadas.
Consecuencias más allá de las lluvias
Los efectos de El Niño van más allá de las lluvias intensas. La variabilidad climática que trae consigo este fenómeno afecta no solo a las condiciones meteorológicas, sino también a la economía y al bienestar de la población. Por ejemplo, la producción de petróleo y gas en la Cuenca Austral del país se vería frenada si se bloqueara la actividad relacionada con El Niño, lo que tendría un impacto significativo en la economía nacional. Además, las estadísticas históricas demuestran que la presencia de El Niño suele coincidir con un aumento en el consumo interno de gas natural.
¿Cuáles son las ventajas de las estructuras verdes y azules para moderar las altas temperaturas en los espacios urbanos?
Las ventajas de estas estructuras para moderar el clima en condiciones de altas temperaturas han sido presentadas por la comunidad científica y propuestas a gobiernos de diversos países en todo el mundo.
Además de su impacto positivo en el microclima urbano, estas estructuras contribuyen a reducir la intensidad del fenómeno conocido como isla de calor urbana, que se refiere al aumento de temperatura experimentado en grandes ciudades debido a la densidad de construcciones y la actividad humana.
Otro beneficio destacado de las estructuras verdes y azules es la generación de islas frías urbanas: áreas con temperaturas más bajas en comparación con las zonas circundantes. Parques bien arbolados con amplias áreas de sombra tienen la capacidad de crear estas zonas más frescas, proporcionando un alivio térmico significativo en las áreas residenciales y comerciales cercanas.
La alerta temprana de las evidentes olas de calor que se vienen para los próximos años en América Latina es la mejor manera de estar preparados física y mentalmente para las altas temperaturas que sufrirá la región. Es por ello que los gobiernos locales y nacionales deben incorporar en sus agendas políticas el tratamiento de los efectos del cambio climático de manera urgente.