¿Cómo impactó el negacionismo de Milei en el panorama ambiental argentino?

Desde que asumió en diciembre de 2023, Javier Milei implementó políticas que priorizan la economía sin tener en cuenta el impacto ambiental. Desde la reducción del Ministerio de Ambienta a una subsecretaría, hasta la falta de sanción de un presupuesto que proteja a los bosques nativos, la gestión del presidente debilitó leyes ambientales y disminuyó el poder de los organismos destinados a proteger los recursos naturales del país. 

Durante 2024, la crisis ecológica que atravesaba la Argentina se vio profundizada por medidas como el desfinanciamiento del Fondo Fiduciario para la Protección Ambiental de los Bosques Nativos o la flexibilización de la Ley de Glaciares, que están facilitando la expansión de actividades extractivistas y contaminantes como la minería.

Por si esto fuera poco, el mandatario decidió retirar a la Argentina de la COP29, renegando de los compromisos climáticos internacionales que el país había asumido en gestiones anteriores. Por todos estos motivos queda claro que, mientras los efectos del cambio climático se intensifican (agravando las desigualdades sociales), Javier Milei ha priorizado los intereses de las grandes corporaciones por encima de las comunidades y del medioambiente argentino.

Medidas que atentan contra la salud ambiental argentina

Cuando al asumir, Javier Milei transformó el Ministerio de Ambiente en una subsecretaría no solo redujo su jerarquía, sino también sus recursos, y en consecuencia, su capacidad para fiscalizar las actividades potencialmente contaminantes que se llevan a cabo en el territorio nacional. Pero este cambio fue profundizado con la siguiente medida: eliminar el Fondo Fiduciario para la Protección Ambiental de los Bosques Nativos. ¿Cuál fue la consecuencia de esta decisión? Dejar sin financiamiento a los programas que aseguraban la conservación y protección de estos ecosistemas.

Meses más tarde, el Ejecutivo presentó la controversial Ley Bases, que incluyó la propuesta de derogar leyes clave como la Ley de Glaciares y la Ley de Bosques. Y si bien el Congreso logró rechazar estos intentos de desproteger los ecosistemas andinos y los bosques nativos, el presidente consiguió debilitar estas regulaciones a través de decretos que favorecieron tanto la explotación minera como la de hidrocarburos sin controles estrictos. 

Otro hecho que alarmó a organizaciones ambientalistas como Greenpeace Argentina fue la retirada de la delegación argentina de la COP29 (llevada a cabo en Azerbaiyán). Esto se interpretó como un paso en contra de los compromisos que el país había asumido en el Acuerdo de París, en el año 2015, durante la presidencia de Mauricio Macri. 

Gran Chaco: desmontes sin control

Durante los 10 primeros meses de 2024, el Gran Chaco argentino perdió más de 100 mil hectáreas de bosques nativos a manos de la deforestación. Un 50% de estos desmontes ilegales fueron propiciados por empresarios inescrupulosos que buscan transformar los ecosistemas naturales en tierras para el cultivo y el pastorea. 

Cabe destacar que estos bosques albergan especies en peligro crítico de extinción: sin ir más lejos, en ellos habitan ‘los últimos 20 yaguaretés que sobreviven en la región! Pero este no es el único mal que provoca la deforestación, además de reducir los hábitats naturales, esta práctica pone en riesgo la biodiversidad del país. 

La explotación minera que puede acabar con las Salinas Grandes

En Salinas Grandes, ubicadas en la provincia de Jujuy, se encuentra una de las reservas de litio más importantes del país. Pero su explotación pone en riesgo los recursos hídricos de una de las zonas más áridas de esa región. A pesar de las protestas de comunidades indígenas como los Kolla y los Atacama, que consideran sagrados a estos territorios, las empresas mineras no tuvieron problemas para obtener sus licencias para operar. 

Salinas Grandes, reconocida como una de las Siete Maravillas Naturales de la Argentina, está enfrentando una transformación irreversible que no solo amenaza su valor ambiental, sino también cultural. Esto ha llevado a una situación tensa entre las comunidades locales, el gobierno y las empresas.

Biodiversidad en jaque en el Golfo San Matías

Otra de las zonas más afectadas por las políticas de Javier Milei es la de golfo San Matías, ubicado en la provincia de Río Negro. En esta zona protegida por la ley hasta 2022, los empresarios buscan establecer un oleoducto desde Vaca Muerta, un gasoducto y un buque de licuefacción. 

Pero esta región, vecina de la Península Valdés, fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, las Ciencias y la Educación (UNESCO) debido a su importancia para la reproducción de especies únicas como la ballena franca austral y el pingüino de Magallanes. 

Los expertos han advertido que el establecimiento de estas industrias contaminantes pone en riesgo a todo el ecosistema. Entre otras cosas alertan sobre los riesgos de derrames de crudo, el aumento del tráfico marítimo y el impacto acústico, que podrían alterar los patrones de migración y reproducción de estas especies. 

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