¿Cómo impacta la crisis climática en Argentina?
Argentina está experimentando una serie de transformaciones significativas debido a la crisis climática. A pesar de tener un clima predominantemente templado, con veranos secos en diciembre y enero, así como inviernos húmedos en junio y julio, el país se ha visto afectado por el aumento de las temperaturas como resultado del cambio climático.
Argentina sufre los impactos de la crisis climática
Estudios del Banco Mundial y otros organismos develaron que durante el último siglo, las temperaturas en el país han aumentado gradualmente hasta 1 °C, con mayores tasas de crecimiento en la Patagonia. Además, en las últimas décadas, se ha observado que las temperaturas mínimas promedio han experimentado un aumento más pronunciado que las temperaturas máximas promedio.
De acuerdo a datos de la Organización de las Naciones Unidas, los expertos prevén que el cambio climático se hará más grave en la siguiente década, y que el calentamiento global aumentará alrededor de 1.5 °C. Esto aumentará significativamente los riesgos de sequía, inundaciones, calor extremo y, por lo tanto, escasez en alimentos para millones de personas en todo el mundo.
En respuesta a la inminente emergencia climática, los ciudadanos del mundo, sobre todo los jóvenes, exigen a los gobiernos que se tomen medidas urgentes al respecto. En este sentido, Argentina no es una excepción, ya que desde la sociedad civil se han creado varias organizaciones para formar una nueva alianza que busca mitigar el impacto ambiental.
¿Qué dicen las estadísticas sobre el cambio climático en Argentina?
Algunos de los principales datos e indicadores sobre el cambio climático en Argentina indican:
- Como parte de su compromiso en el Acuerdo de París para combatir el cambio climático, el país se ha comprometido a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 18%, con la posibilidad de aumentar esa cifra al 37% en función de ciertas condiciones.
A pesar de que Argentina representa solo el 0,7% de las emisiones mundiales, es esencial que contribuya a la reducción global de emisiones.
- Ha habido un aumento en la frecuencia y la intensidad de eventos climáticos extremos, como inundaciones, sequías y olas de calor. Además, se ha observado un incremento en la temperatura promedio del país y una disminución en la cantidad de precipitaciones en ciertas regiones.
- Un estudio del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) ha señalado que el aumento de la temperatura y la reducción de las precipitaciones en algunas áreas pueden tener un impacto negativo en la producción de cultivos como la soja y el maíz.
- En lo que respecta a las precipitaciones, se prevé que sigan siendo erráticas y extremas en diferentes partes del país, con la posibilidad de períodos de sequía prolongados en algunas regiones y precipitaciones intensas en otras. Esto podría resultar en eventos de lluvia torrencial que causen inundaciones en ciertas zonas, al tiempo que otras áreas enfrenten sequías más intensas.
- En cuanto a las temperaturas, es probable que el calor extremo siga siendo un problema significativo en muchas partes de Argentina.
Se espera un aumento continuo de las temperaturas máximas en la mayoría de las regiones, lo que podría afectar la salud de la población y generar problemas en la producción de alimentos y energía.
Además, en algunas provincias, el aumento de las temperaturas podría dar lugar a un mayor riesgo de incendios forestales.
¿Qué sucede con la agricultura?
La agricultura en Argentina es altamente vulnerable a los cambios en las condiciones climáticas, incluyendo el aumento de la temperatura, variaciones en las precipitaciones, inundaciones, sequías y olas de calor.
El país es un importante exportador mundial de productos agrícolas y el sector agrícola desempeña un papel fundamental tanto en la economía como en la cultura del país.
De acuerdo con estudios realizados por el Banco Mundial, se proyecta que las temperaturas y la precipitación promedio anual aumenten en la región norte de Argentina, mientras que disminuyan en el sur. Estos cambios climáticos podrían tener efectos mixtos en la actividad. Por un lado, podrían mejorar el rendimiento de algunos cultivos en ciertas áreas, pero, por otro lado, los expertos advierten sobre riesgos significativos para otras cosechas y regiones.
La escasez del agua se ha convertido en un tema preocupante
Argentina posee abundantes recursos hídricos que están distribuidos de manera desigual, lo que plantea importantes desafíos para adaptar los patrones de precipitación, preservar las reservas de agua en los glaciares y las zonas de mayor altitud, y prevenir los posibles impactos del aumento del nivel del mar a lo largo de las costas del país.
Es importante destacar que la mayor parte de la actividad agrícola en Argentina requiere de una disponibilidad de agua abundante y de buena calidad. La escasez de la misma podría tener un fuerte impacto en las economías y la producción local.
Aun cuando la mayor parte de la población tiene acceso a este recurso, sobre todo gracias a las precipitaciones de lluvia, existen disparidades en la seguridad de la misma para consumirla. Muchas de las fuentes de agua potable en Argentina se encuentran contaminadas, lo que las hace inapropiadas para el consumo humano.
¿Qué está pasando con los glaciares? ¿Se están derritiendo?
De acuerdo a los estudios realizados por el Servicio de Hielo Continental del Instituto Antártico Argentino, los glaciares en Argentina han experimentado una significativa disminución en su masa durante las últimas décadas. De hecho, se estima que algunos de los más grandes del país, como el Perito Moreno, han perdido más del 50% de su masa desde la década de 1970.
La principal causa de esta disminución es el aumento de la temperatura global, que es atribuible al cambio climático. El incremento provoca el deshielo de los glaciares, lo que a su vez reduce su tamaño. Además, también puede ocasionar alteraciones en los patrones de precipitación, lo que influye en la cantidad de nieve que se acumula en los mismos.
La pérdida de masa de los glaciares en Argentina representa una amenaza significativa, tanto para el país como para el mundo en su conjunto. Estos son vitales como reservas de agua dulce y su desaparición tendría un impacto en la disponibilidad de agua tanto para las personas como para la agricultura. Además, su pérdida también afectaría a la biodiversidad de la región y podría tener repercusiones económicas importantes en la industria del turismo.
¿Qué podemos hacer para combatir el cambio climático en Argentina?
Para mitigar los impactos, se debe:
- Mejorar los servicios de extensión agrícola. Se busca apoyar el uso eficiente de los recursos, especialmente el agua, mediante asesoramiento técnico y acceso a prácticas agrícolas sostenibles.
- Prevenir riesgos en el sector agrícola. Esto implica adaptar la estacionalidad o el tipo de cultivo según los patrones climáticos cambiantes, de manera que se reduzcan los efectos adversos de las condiciones climáticas y los peligros naturales.
- Aumentar y mejorar las prácticas de riego. El objetivo es reducir el desperdicio de agua, incrementar la disponibilidad de este recurso y disminuir la exposición a sequías o períodos de calor prolongados en la agricultura.
- Promover el uso eficiente de los recursos hídricos. Se busca reducir los desechos de agua tanto en la industria como entre la población, mejorando la gestión de aguas contaminadas y fomentando prácticas responsables.
- Emplear sistemas de captación pluvial a nivel doméstico. Estas medidas buscan reducir la escasez de agua, permitiendo a los hogares recolectar y utilizar el agua de lluvia de manera más eficiente.
Estas recomendaciones son esenciales para abordar los desafíos que plantea el cambio climático en el país y proteger los recursos naturales y la seguridad alimentaria en Argentina.