¿Cómo impacta el fenómeno de El Niño en América Latina?
Sequías y lluvias torrenciales se esperan hasta abril de 2024 como producto de los efectos que produce el fenómeno de El Niño en América Latina.
¿Cómo está impactando el fenómeno de El Niño en América Latina?
Un reciente episodio del fenómeno de El Niño está teniendo lugar en el planeta, dejando sus efectos. Esto implica un aumento de 0.5 grados centígrados en la temperatura del mar en el Océano Pacífico oriental tropical, persistiendo por varios meses consecutivos. Este incremento ha provocado cambios en la atmósfera y en los mares, manifestando las características típicas de El Niño.
El fenómeno de El Niño, un evento natural, se une este año a los impactos del cambio climático provocado por actividades humanas. Sus efectos pueden variar considerablemente en el planeta, desde provocar más lluvias e inundaciones en algunas zonas hasta generar sequías en otras. Además, puede afectar la salud humana, aumentando la incidencia de golpes de calor y la propagación de enfermedades transmitidas por mosquitos. La combinación de El Niño y el cambio climático crea un escenario complejo con repercusiones diversas en distintos aspectos de la vida en la Tierra.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ya avisó que se prevé que el actual episodio del El Niño se prolongará al menos hasta abril de 2024. El fenómeno se produce con una frecuencia media entre dos y siete años y su duración suele ser de entre 9 y 12 meses.
¿En qué zonas de América Latina se están viviendo las consecuencias de “El Niño”?
En América Latina, las proyecciones relacionadas con el fenómeno de El Niño sugieren alteraciones sustanciales en las condiciones climáticas.
Según informes de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), se anticipa:
- Una disminución de las lluvias y un aumento en las temperaturas máximas en la región, especialmente en el Corredor Seco que abarca Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala. Esta área, hogar de más de 10 millones de personas, muchas dedicadas a la agricultura, se verá afectada por condiciones climáticas menos favorables.
- En México, las predicciones para enero de 2024 apuntan a una reducción de las lluvias en gran parte del país, con excepción de la Península de Yucatán, donde se encuentran destinos turísticos como Cancún y Playa del Carmen.
- En Sudamérica, destacan que El Niño está contribuyendo al aumento de las temperaturas en la región. Además, en la cuenca del Amazonas, se ha registrado una sequía aguda, con impactos ambientales significativos y la interrupción de la generación de electricidad en Ecuador a causa del bajo caudal de afluentes amazónicos.
- En el Chaco, que abarca el norte de Argentina y el sur de Brasil, se espera que El Niño incremente las precipitaciones en los próximos meses, ofreciendo un alivio a la intensa sequía que ha afectado la zona en años anteriores.
- Por otro lado, en la Patagonia, se espera una menor probabilidad de calor extremo y olas de calor asociadas a El Niño.
- En Colombia, la directora general del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, advierte sobre la intensificación de la sequía en diciembre, destacando un período de lluvias por debajo del promedio en los últimos dos meses.
Un llamado a la acción frente al fenómeno de El Niño
Dada la amplitud de sus efectos, los investigadores del Grupo de Investigación Una sola salud de la Universidad de Las Américas en Ecuador y del Departamento de Emergencias Sanitarias de la Organización Panamericana de la Salud han emitido un llamado de atención sobre los posibles impactos ambientales y sanitarios derivados de este fenómeno global en la revista The Lancet Regional Health – Américas.
Uno de los autores del informe explicó que en América Latina el fenómeno de El Niño podría generar un aumento de enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue, debido al deterioro en la calidad del agua. Además, se podrían presentar daños en la infraestructura, desplazamientos de población, migración y escasez de medicamentos en áreas afectadas por el clima. También señaló dificultades en el diagnóstico debido al acceso limitado a ciertas zonas y un resurgimiento de enfermedades previamente controladas, así como una sobrecarga en los sistemas sanitarios.
El especialista sugiere medidas preventivas, como reforzar el control mediante estrategias como la distribución de mosquiteros impregnados con insecticida y programas de fumigación. También destaca la necesidad de implementar planes de emergencia, incluyendo protocolos para desastres, evacuaciones y la creación de albergues temporales.
Además, se sugiere fomentar la creación de depósitos que contengan alimentos no perecederos, agua potable y medicamentos esenciales, disponibles para comunidades en peligro de quedar aisladas debido a inundaciones o daños en la infraestructura.
Además, el experto enfatiza la importancia de mejorar la infraestructura sanitaria para asegurar el acceso a diagnósticos y tratamientos, incluso en áreas remotas o afectadas por el clima.