La contaminación deja a los chicos fuera del aula en Pensilvania

Niña con mascarilla en un campo frente a una planta industrial que emite humo, representando los efectos de la contaminación en comunidades vulnerables.

En Clairton, un pueblo del condado de Allegheny, Pensilvania, la escuela está a solo unas cuadras de una enorme planta que produce coque, un derivado del carbón esencial para fabricar acero. Y ese aire, literalmente, les está impidiendo ir a clases.

Un nuevo estudio dirigido por la doctora Deborah Gentile, alergista pediátrica, profundizó en una consecuencia concreta de esa realidad: la cantidad de días de escuela que pierden los estudiantes con asma cuando los niveles de polución aumentan.

Cabe destacar que, el análisis, que revisó tres años de registros escolares en distritos cercanos a la planta de coque de Clairton, encontró un dato muy alarmante: los chicos con asma faltan mucho más en los días con mayor concentración de partículas PM2.5, aquellas microscópicas que se inhalan profundamente y agravan las enfermedades respiratorias. “El riesgo de ausentismo escolar era un 80 % mayor en los días de mayor contaminación. Es una señal muy clara”, dijo Matt Mehalik, coautor del estudio y director del Proyecto Breathe, una iniciativa de monitoreo ambiental.

Gentile no es nueva en esta problemática. De acuerdo con agencias ambientales, en 2020 ya había alertado que los chicos del área eran diagnosticados con asma tres veces más que el promedio nacional, y cuatro veces más en el caso de niños afroamericanos. Hoy, esa estadística se traduce en aulas vacías y tratamientos médicos constantes.

Es importante mencionar que, muchos estudiantes, además, viven a escasos metros de la fuente de contaminación. El edificio escolar de Clairton, que concentra todos los niveles educativos del distrito, está ubicado a menos de una milla de la planta. 

Ante el revuelo que causó la publicación, US Steel habló en relación con el estudio y abrió mucho más el debate. Su vocero, Andrew Fulton, lo descalificó por utilizar –según él– “datos obsoletos” y aseguró que la empresa ha invertido millones en mejoras ambientales desde el cierre de algunas instalaciones en Clairton.

También informó que lograron “más del 99,9 % de cumplimiento” en los procesos de traslado del coque. Sin embargo, entre 2020 y 2023, la compañía acumuló más de 11 millones de dólares en multas ambientales, y este mismo mes recibió otra sanción por casi un millón por violaciones a la Ley Federal de Aire Limpio.

Cabe destacar que, según estudios citados, en 2023 el promedio anual apenas cumplió con el límite de 12 microgramos por metro cúbico. Para 2024, ese límite fue reducido a 9. La OMS, incluso, recomienda no superar los 5.

La Asociación Estadounidense del Pulmón le otorgó al condado una calificación reprobatoria por su nivel de partículas. Gentile, quien también dirige una organización sin fines de lucro dedicada al cuidado del asma infantil, fue tajante: “Respiran esto a diario, en casa, en el recreo, de camino a la escuela. Para un cierto porcentaje de ellos, esta es la causa y el desencadenante de sus ataques. Y se puede prevenir este problema limpiando el aire”.

El problema no se limita solo al asma. Gentile advierte que las ausencias escolares por enfermedades respiratorias impactan en la educación y el bienestar familiar: retraso académico, menos actividades extracurriculares, padres que deben faltar al trabajo para cuidar a sus hijos. “Este problema se agrava”, insistió. “En días de alto índice de calor, el ausentismo casi se duplica”, detalló.

En este contexto, los mensajes políticos pueden sonar desconectados de la realidad local. Donald Trump prometió mantener operativos todos los altos hornos “por al menos diez años más”. Para el alcalde de West Mifflin, Chris Kelly, la noticia fue una “gran victoria”. Pero Ansari expresó una duda que muchos vecinos comparten: “¿Para quién exactamente es una buena noticia? ¿Quiénes se benefician?”.

Para él, el problema es estructural: “Entre la industria siderúrgica y el sistema de salud, ahora tenemos un modelo que los incentiva a mantener todo igual. ¿Dónde nos deja eso cuando intentamos cuidar a los más vulnerables? Estamos sacrificando nuestro futuro”.

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