Medicamentos hallados en delfines y la muestra de la polución en el agua


Los medicamentos son compuestos utilizados en la medicina tanto humana como veterinaria para diagnosticar, tratar, curar o prevenir diversas enfermedades. Un uso inapropiado de estos fármacos puede provocar efectos negativos, tales como resistencia a antibióticos, dependencia, sobredosis y, en algunos casos, la muerte. Por ejemplo, un mal uso de los medicamentos veterinarios en mamíferos terrestres puede ocasionar reacciones alérgicas, problemas gástricos, toxicidad hepática, anafilaxia y fallecimiento. Los medicamentos y los principios activos farmacéuticos (API) han emergido como contaminantes de tipo micro y son un tema de preocupación creciente a nivel global. Se ha reportado la presencia de residuos de medicamentos y API en ecosistemas de agua dulce, ríos y océanos alrededor del mundo.
La transferencia de medicamentos humanos al agua se presenta a menudo debido al inadecuado tratamiento de aguas residuales y a los vertidos sin tratar de fábricas farmacéuticas.
Las plantas de tratamiento convencionales alcanzan eficiencias en la eliminación de fármacos que varían entre el 23% y el 54%. Los restos de medicamentos veterinarios en el estiércol de animales pueden llegar a los sistemas acuáticos a través de la escorrentía. Las dosis de medicamentos usadas en la alimentación se pierden con frecuencia directamente desde la acuicultura y la producción de camarones hacia los ecosistemas acuáticos. Los fármacos son compuestos que tienen actividad biológica e interactúan con rutas fisiológicas específicas.
Algunos de ellos, como los medicamentos que reducen el colesterol, los betabloqueantes, los fármacos cardiovasculares, los antiinflamatorios no esteroides, las hormonas esteroides, los medicamentos psiquiátricos y los antibióticos, pueden acumularse en invertebrados marinos (por ejemplo, crustáceos, mejillones y camarones) y en peces; la mayoría de las investigaciones sobre la transferencia trófica en ambientes acuáticos se han llevado a cabo en ríos o lagos de agua dulce que no tienen depredadores acuáticos de más alto nivel trófico. Investigadores han encontrado fentanilo y otras sustancias en múltiples delfines del Golfo de México, lo que podría tener importantes implicaciones para la salud de los océanos, afirman.
La investigación comenzó en septiembre de 2020, cuando biólogos marinos que realizaban un estudio rutinario para monitorear la población de delfines en el Golfo de México descubrieron un delfín muerto flotando en el agua, explicó a ABC News Dara Orbach, profesora asistente en el programa de biología marina de la Universidad Texas A & M-Corpus Christi y coautora del estudio. Los investigadores se dieron cuenta de que el delfín había fallecido porque su cola todavía se movía, indicó Orbach.
Por esta razón, decidieron remolcar el animal de vuelta al campus con el propósito de estudiarlo. Años después, cuando la estudiante de posgrado Makayla Guinn necesitaba muestras de tejido de delfín para su investigación sobre hormonas, los biólogos lograron recuperar algo de grasa de ese mismo delfín para su análisis, según Orbach. Los científicos trabajaron junto al bioquímico Hussain Abdulla, de la Universidad Texas A&M-Corpus Christi, quien ofreció su laboratorio a los biólogos marinos para realizar un análisis no dirigido y averiguar qué sustancias había en esos tejidos.
Este tipo de análisis implica un equipo que mide la presencia de productos químicos en el tejido, como mencionó a ABC News Christiana Wittmaack, toxicóloga de Precision Toxicological Consultancy y coautora del estudio. Aunque su objetivo principal eran las hormonas, el estudio produjo miles de compuestos.
Los científicos se sorprendieron al encontrar tres compuestos específicos que pensaban que no se hallarían en un delfín (fentanilo, un relajante muscular y un sedante) y comprobar que el tejido contenía rastros de los tres. Anya Ocampos, para su proyecto de licenciatura de honor, examinó 89 muestras de delfines utilizando un espectrómetro de masas.
De estas, 83 fueron tomadas de biopsias de delfines vivos en la Laguna Madre, una laguna poco profunda situada cerca de la bahía de Corpus Christi, al sur de Texas. Según los investigadores, el fentanilo fue la droga más común entre las analizadas, apareciendo en 24 de las muestras. No solamente todas las muestras muertas dieron positivo para al menos una droga, sino que algunas eran de muestras históricas colectadas en el estrecho de Mississippi en 2013, sugiriendo que los fármacos han estado presentes en las aguas del Golfo de México durante un largo tiempo, afirmó Orbach.
Además, los delfines no consumen agua, dijo Orbach. Este mamífero marino obtiene la mayor parte de su hidratación a partir de su comida, lo que sugiere que estos animales también podrían tener contaminantes en su sistema. “Podría ser un problema generalizado y de larga duración que simplemente no ha sido abordado”, comentó. Wittmaack indicó que los medicamentos y otros contaminantes podrían provenir de diversas fuentes, incluyendo el contacto con la piel o el agua misma. Las sustancias químicas que se desechan en el agua, debido a la proximidad de la frontera con México, así como los desechos agrícolas y las aguas residuales de los humanos, podrían ser fuentes de contaminación, mencionó Orbach.
El delfín encontrado en el año 2020 estaba cerca del condado de Robstown, donde ocurrió la mayor incautación de fentanilo líquido en Estados Unidos en el año 2023. “Es algo que necesitamos observar con regularidad para evitar un aumento en las concentraciones de fentanilo”, comentó Wittmaack. Orbach explicó que no se han realizado estudios que muestran los efectos prolongados de los medicamentos en los mamíferos marinos.
A pesar de que se encontraron solo pequeñas cantidades, la polución del agua es solo uno de los muchos problemas que afectan a los animales en el mar. “Estos seres están expuestos a ruidos contaminantes, al tráfico en el mar, a actividades de dragado, a la proliferación de algas, a los derrames de petróleo y a otras sustancias químicas”, indicó Orbach. “Cuando se añaden aún más factores, existe un punto en el que el animal se vuelve tan vulnerable que no puede reaccionar”.