Ganadería intensiva en Santiago del Estero y Chaco: desmontes encubiertos que violan la Ley de Bosques
Un reciente informe de Greenpeace pone en evidencia la grave situación de los desmontes encubiertos en las provincias de Santiago del Estero y Chaco, donde la ganadería intensiva ha ocasionado la destrucción masiva de los bosques nativos. El estudio de la organización ambiental revela que, entre 2008 y 2022, la mayoría de los lotes intervenidos en estas regiones para la ganadería bajo el supuesto manejo silvopastoril perdieron más de la mitad de su cobertura forestal. Estos desmontes, que se presentan como prácticas sostenibles, son en realidad una violación flagrante de la Ley de Bosques.
El informe destaca que el 70% de los lotes afectados no solo perdieron su estructura forestal, sino que también vieron comprometida su función ecológica, transformándolos en terrenos con una densidad de árboles comparables a los parques urbanos, como los de Buenos Aires. Esta situación no solo pone en riesgo el ecosistema local, sino que también expone la complicidad de los gobiernos provinciales de Santiago del Estero y Chaco, quienes permiten estos desmontes en áreas protegidas por la ley.
El falso manejo silvopastoril y su impacto en los bosques nativos
El manejo silvopastoril debería ser una práctica que combine la ganadería y el mantenimiento de los bosques, buscando un uso sostenible del suelo. Sin embargo, el informe de Greenpeace demuestra que, en realidad, esta estrategia ha sido utilizada como una fachada para expandir la frontera agropecuaria en zonas donde los desmontes están prohibidos.
En promedio, los lotes sometidos a este supuesto manejo perdieron más de la mitad de su fracción leñosa, lo que significa una pérdida significativa de biodiversidad y una alteración irreversible de los ecosistemas. En muchos casos, los árboles que quedan en estos lotes no son suficientes para mantener la funcionalidad ecológica del bosque, lo que pone en peligro a especies nativas y acelera la desertificación del suelo.
La denuncia de Greenpeace es clara: lo que se presenta como una gestión sostenible del bosque es, en realidad, una forma encubierta de deforestar para la expansión de la ganadería intensiva. Este tipo de actividades son responsables de una de las crisis ambientales más graves de la región, y es esencial que los gobiernos provinciales y nacionales tomen medidas urgentes para proteger los últimos remanentes de bosques nativos en el Gran Chaco, uno de los ecosistemas más biodiversos de Sudamérica.
Las consecuencias del desmonte ilegal: crisis ambiental y social
La deforestación masiva en el Gran Chaco no solo tiene consecuencias ecológicas, sino también sociales y económicas. La destrucción de estos bosques contribuye al cambio climático, incrementa las inundaciones y la desertificación, y afecta negativamente a las comunidades locales, incluidos los pueblos indígenas y los campesinos que dependen del bosque para su sustento.
Además, este desmonte ilegal está poniendo en peligro a especies emblemáticas de la región, como el yaguareté, que se encuentra al borde de la extinción debido a la destrucción de su hábitat natural. Greenpeace ha destacado la complicidad de los gobiernos provinciales, que no solo permiten, sino que fomentan estas prácticas al no aplicar de manera efectiva la Ley de Bosques. En este sentido, Greenpeace ha iniciado una causa judicial ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, exigiendo la protección del hábitat de los yaguaretés y otros animales en peligro de extinción, así como una revisión de las políticas que permiten la deforestación ilegal.
El papel del gobierno y la urgencia de aplicar la Ley de Bosques
El informe de Greenpeace también denuncia el reciente Decreto 888/2024, que disuelve el Fondo Fiduciario para la Protección Ambiental de los Bosques Nativos, lo que pone en riesgo la financiación destinada a la conservación de los bosques en todo el país. Este decreto, que permitirá el uso arbitrario de los fondos destinados a la protección forestal, agrava aún más la crisis ambiental y demuestra una falta de compromiso por parte del Estado para frenar la deforestación y sus consecuencias.
El cambio climático, las enfermedades, las inundaciones y los desalojos forzados son solo algunas de las consecuencias de no tomar medidas inmediatas. Greenpeace ha señalado que es urgente prohibir y penalizar tanto los desmontes ilegales como los incendios forestales en toda la región, ya que de no hacerlo, las consecuencias para la biodiversidad, las comunidades locales y el equilibrio ecológico serán devastadoras.
El llamado a la acción para salvar el Gran Chaco
El Gran Chaco es un ecosistema vital para la biodiversidad de Sudamérica, y su destrucción tendrá repercusiones globales. Es necesario un compromiso real por parte de los gobiernos provinciales y nacionales para poner fin a las prácticas que favorecen el avance de la ganadería intensiva y reforzar la aplicación de la Ley de Bosques. Greenpeace hace un llamado urgente a la sociedad y al Estado para que protejan los bosques nativos y restauren la integridad ecológica del Gran Chaco, asegurando un futuro más sostenible para las generaciones venideras.
El desmonte encubierto para la ganadería no solo destruye bosques, sino que también pone en peligro a las especies, las comunidades locales y el equilibrio ambiental de toda la región. Es momento de tomar acciones concretas para detener esta crisis y garantizar la conservación de nuestros ecosistemas más valiosos.