Los migrantes que son desplazados por el cambio climático
En una investigación colaborativa exclusiva para periodistas ambientales, un equipo periodístico transfronterizo explica por qué se espera que las migraciones por razones climáticas sean cada vez más frecuentes en América del Sur a medida que avanzan los efectos del cambio climático. Una realidad de muchos migrantes desplazados de los que poco se habla, pero ya están creciendo en número en la región.
Los migrantes desplazados por el cambio climático
Dejar todo, o perder todo, para poder sobrevivir. Esa es la disyuntiva de quienes deben desplazarse de sus hogares como consecuencia de algún fenómeno extremo, como una inundación o un incendio.
De acuerdo al sexto informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC)que se presentó a comienzos de agosto de este año, la temperatura media global aumentará por encima de los 1,5 °C respecto de los niveles preindustriales antes de fin de siglo.
El informe del panel de la ONU cuestiona seriamente el logro de los objetivos establecidos en el Acuerdo climático de París, suscrito por 195 países en 2015, que buscaba limitar el aumento de la temperatura media global a menos de 2 °C y, preferiblemente, a menos de 1,5 °C antes de finalizar el siglo.
En lo que respecta a Sudamérica, el IPCC prevé un aumento en la intensidad y frecuencia de fenómenos extremos como lluvias, vientos, tormentas y olas de calor, especialmente en el noreste del continente. También se anticipa un aumento del nivel del mar que impactará en todo el litoral costero, pérdida de masa glacial en la zona cordillerana y estaciones secas más prolongadas en áreas desérticas, con una concentración de las lluvias en períodos más breves.
Según el IDMC (Monitor Internacional de Desplazamientos Climáticos), en 2020, a pesar de las restricciones de movilidad impuestas por la pandemia, aproximadamente 30 millones de personas en todo el mundo fueron desplazadas debido a eventos climáticos. Se registraron alrededor de 14 millones de desplazados por inundaciones, 1,2 millones por incendios, 102,000 por deslizamientos de tierra, 46,000 por temperaturas extremas y 32,000 por sequías.
En América Latina, los países de Centroamérica y el Caribe son los que más han reportado migrantes climáticos. La región andina experimenta una de las tasas más altas de ocurrencia de desastres, y en países como Colombia, el fenómeno de los migrantes ambientales se entrelaza con los desplazados por la violencia.
Adaptación y relocalización en un contexto climático extremo
Según señala un especialista en Migración, Ambiente y Cambio Climático de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el cambio climático se convierte en un determinante de la migración, primero a nivel interno y luego a escala internacional, destacando que existen tres categorías principales de movilidad humana:
- La migración, asociada con procesos voluntarios y multifactoriales.
- El desplazamiento, vinculado a desastres y situaciones de emergencia humanitaria.
- La reubicación planificada, que ocurre cuando se toma la decisión de trasladar a una población de manera permanente para evitar la exposición a los efectos del cambio climático.
El experto también indica que un cierto nivel de migración o desplazamiento es inevitable. Por lo tanto, los países deben prepararse para abordar más focos de migración interna y gestionar de manera más eficiente ese movimiento, señalando que el impacto más significativo recae en las poblaciones más vulnerables, especialmente en las áreas rurales, indígenas y autóctonas.
Destaca también que la movilidad puede considerarse como una vía de adaptación, como en el caso de las personas que se trasladan temporalmente después de una inundación.
Una abogada y fundadora de la Red Sudamericana para las Migraciones Ambientales (RESAMA), advierte sobre la falta de un tratado internacional vinculante que define a estas personas en condiciones de migrantes o refugiados climáticos y señala los desafíos para uniformar estas categorías y generar datos específicos por país en Sudamérica.
Las desigualdades presentes en Sudamérica dan lugar a contextos en los cuales las personas se vuelven vulnerables frente al cambio climático, según la experta. Como ejemplos de reubicación planificada, destaca situaciones como la experimentada por la comunidad de Enseada da Baleia en la Isla de Cardoso, ubicada en la costa sudeste de Brasil.
Sin embargo, señala que la mayoría de los gobiernos carece de planes preventivos de adaptación y reubicación para las poblaciones afectadas, ofreciendo asistencia habitacional tardía y temporal una vez que ocurren inundaciones o incendios.
¿Qué nos depara el futuro?
Según el Informe Global del Desplazamiento Interno 2021 (GRID 21), los fenómenos meteorológicos fueron responsables del 98% de todos los desplazamientos por desastres registrados en 2020, y no por causa de la crisis del COVID. Sin embargo, el documento advierte que a futuro el cambio climático impulsará la migración masiva a través de las fronteras.
Se destaca la importancia de considerar la migración como una estrategia de adaptación y una de las múltiples soluciones en la búsqueda de justicia climática. La inclusión de políticas públicas y normas en los planes nacionales de adaptación es esencial para evaluar la capacidad de cada región y país para gestionar los riesgos climáticos.
La visibilización de un fenómeno hasta ahora silencioso, que involucra a migrantes desplazados como consecuencia del cambio climático, invita a tomar acciones para que se sientan protegidos. La colaboración entre el Estado, los centros de investigación y las comunidades se presenta como clave en esta problemática.