Greenpeace Colombia celebró la ratificación del Acuerdo Escazú para cuidar el planeta
Greenpeace Colombia ha celebrado la ratificación del Acuerdo Escazú, un tratado internacional que busca proteger a los defensores del medio ambiente y prevenir conflictos ambientales. Este acuerdo, considerado el primero de su tipo en América Latina y el Caribe, representa un avance significativo en la protección de los derechos humanos y el medio ambiente.
Importancia del Acuerdo Escazú
El Acuerdo Escazú fue adoptado en Costa Rica en marzo de 2018 y establece medidas para asegurar los derechos a la información pública sobre temas ambientales y la participación en la toma de decisiones. Además, incluye protecciones específicas para los ambientalistas, quienes a menudo enfrentan amenazas y violencia debido a su labor. La ratificación de este acuerdo es un triunfo para miles de personas y organizaciones que han trabajado incansablemente para su firma. En particular, desde Colombia, se ha hecho un llamado para crear un plan que frene la deforestación y proteja al Amazonas.
Logros en la Unión Europea
En marzo, activistas de Greenpeace Bélgica llevaron a cabo una acción significativa al trepar por la fachada del Consejo de la Unión Europea para desplegar un contador que mostraba la cantidad de hectáreas de bosques que se destruían mientras los ministros discutían una ley para frenar la deforestación. Posteriormente, el Parlamento Europeo votó a favor de una regulación que exige a las compañías que comercian con la Unión Europea que sus productos no provengan de tierras degradadas o deforestadas. Esta regulación también requiere que se respeten los derechos humanos y de los pueblos originarios en la producción de estos bienes.
Ampliación de la lista de productos regulados
La lista inicial de productos incluidos en esta regulación comprendía ganado, cacao, café, aceite de palma, soja y madera. Ahora, se ha extendido para incluir cueros animales, ovejas, cabras, aves de corral, maíz, caucho, carbón vegetal e impresiones en papel. Esta medida es crucial, ya que, según un informe de WWF, la Unión Europea es responsable del 17% de la deforestación tropical a través de la compra de estos productos.
Justicia climática en Australia
En una victoria histórica para la justicia climática, el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas encontró al gobierno de Australia responsable de no proteger a los pobladores de las Islas del Estrecho de Torres de los impactos del cambio climático. La denuncia, presentada en 2019, fue la primera acción legal de este tipo llevada a cabo por habitantes vulnerables de islas bajas contra un estado nación. Este caso sienta un importante precedente para luchas similares en el futuro.
Regulaciones en Rusia
En Rusia, un país conocido por sus vastas áreas de bosques, se ha revertido una política insensata respecto a las zonas de control. En estas áreas, los incendios forestales se dejaban seguir su curso sin intervención debido a su inaccesibilidad o falta de viabilidad económica para extinguirlos. En octubre, el gobierno anunció nuevas regulaciones que reducirán significativamente la extensión de estas zonas. A partir de marzo de 2023, 2 millones de kilómetros cuadrados de bosques serán protegidos de los incendios.
Prohibición de plásticos de un solo uso en Nueva Zelanda
En Nueva Zelanda, el gobierno ha anunciado que ya no se producirá ni venderá una amplia gama de plásticos de un solo uso. Esta medida, que se implementará de manera gradual, ha sido impulsada por Greenpeace Aotearoa, que ha estado reclamando una estrategia nacional para eliminar estos plásticos y promover alternativas reutilizables y recargables.
Ser activista en tiempos de crisis climática implica un equilibrio entre estar al día con los problemas urgentes y celebrar los avances y victorias cotidianas. Los logros recientes en Colombia, la Unión Europea, Australia, Rusia y Nueva Zelanda son un recordatorio de que, aunque la misión de cuidar el planeta es continua, hay razones para mantener una actitud positiva y seguir adelante con determinación.
Greenpeace y otras organizaciones continúan trabajando incansablemente para proteger el medio ambiente y los derechos humanos. La ratificación del Acuerdo Escazú en Colombia es solo uno de los muchos pasos necesarios para garantizar un futuro sostenible.