Desmonte masivo: 10.000 hectáreas menos de monte en Santiago del Estero
El monte de Santiago del Estero es un ecosistema único que destaca por su vegetación espinosa, con árboles y arbustos que parecen pompones verdes desde el cielo. Este hábitat no solo da estructura al suelo a través de sus raíces, sino que también proporciona alimento y refugio para una variedad de especies animales y comunidades originarias. Entre sus habitantes se encuentran el oso hormiguero, la corzuela, el pecarí, el loro hablador, y la tortuga terrestre. Además, este ecosistema es fundamental para las comunidades locales que han vivido en armonía con él durante generaciones.
El desmonte masivo y sus implicaciones
Recientemente, el monte cercano a Nueva Esperanza, en el norte de la provincia de Santiago del Estero, ha sufrido un desmonte devastador. Se han arrasado 10.000 hectáreas de monte, una superficie comparable a la de media ciudad de Buenos Aires. Esta destrucción fue llevada a cabo por orden de la familia Canido, propietaria de la empresa Refres Now, conocida por producir la gaseosa Manaos. El desmonte se realizó con permisos del gobierno provincial, en una zona donde la Ley Nacional de Bosques prohíbe la deforestación.
Este desmonte no solo destruye un ecosistema vital, sino que también afecta directamente la biodiversidad de la región. La deforestación masiva pone en peligro a las especies que dependen de este hábitat para sobrevivir y afecta a las comunidades campesinas que utilizan el monte para pastoreo y otras actividades tradicionales.
Reacción de Greenpeace y llamado a la acción
Greenpeace Argentina ha documentado y denunciado la destrucción de estas hectáreas. Según Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace, la deforestación está avanzando sin control, con las topadoras arrasando el monte a un ritmo alarmante. Giardini hace un llamado a la ciudadanía para que se una en la reclamación contra la empresa Manaos y exija que detengan de inmediato la deforestación.
La destrucción de estos bosques tiene graves consecuencias ambientales. A medida que el monte desaparece, aumentan los riesgos de cambio climático, desaparición de especies, inundaciones, desertificación, enfermedades, y desalojos de comunidades campesinas e indígenas. Además, la pérdida de estos bosques implica una disminución en la disponibilidad de alimentos, maderas, y medicinas derivadas de la biodiversidad local.
Consecuencias a largo plazo y acciones necesarias
El desmonte masivo en Santiago del Estero es un reflejo de una crisis más amplia que enfrenta el planeta en términos de cambio climático y pérdida de biodiversidad. La deforestación no solo contribuye al calentamiento global al liberar grandes cantidades de dióxido de carbono, sino que también altera los ciclos naturales del agua y afecta la estabilidad del suelo. Estos efectos pueden tener repercusiones negativas en la agricultura, la calidad del agua y la salud humana.
Como destaca Giardini, “Frente a la grave crisis climática y de biodiversidad en la que nos encontramos, resulta clave proteger nuestros últimos bosques”. La destrucción de estos ecosistemas no debe considerarse solo como un problema ambiental, sino como un crimen ecológico que debe ser abordado con seriedad. Es fundamental que se implementen políticas más estrictas y se refuercen las leyes existentes para prevenir futuros casos de deforestación y proteger el medio ambiente.
Llamado a la acción
Es imperativo que la ciudadanía, las organizaciones ambientales y las autoridades actúen con urgencia para detener la deforestación en Santiago del Estero y prevenir futuras destrucciones similares. Firmar peticiones, apoyar a organizaciones como Greenpeace y exigir una mayor protección de los bosques son pasos cruciales para asegurar la preservación de estos ecosistemas vitales.
El monte de Santiago del Estero no solo representa un recurso natural invaluable, sino que también es un símbolo de la rica biodiversidad y las tradiciones culturales de Argentina. Protegerlo es un deber compartido que requiere un esfuerzo colectivo para salvaguardar el equilibrio ecológico y garantizar un futuro sostenible para las generaciones futuras.