Un nuevo capítulo en la lucha por terminar con la contaminación plástica

Los peligros de la contaminación plástica para el planeta no son novedad para nadie. Pero aunque la conciencia de la población mundial sobre la necesidad de reducir la producción de plásticos de un solo uso parece ser cada vez mayor, los grandes productores de plásticos no terminan de convencerse. 

A fines de noviembre, representantes de 175 países se han congregado en Nairobi (Kenia) para llevar a cabo una histórica negociación que busca establecer medidas concretas en un tratado mundial sobre la producción de plásticos. Se trata de la tercera de cinco sesiones en las que se espera que los líderes mundiales finalmente tomen medidas drásticas sobre la gestión de plásticos a nivel internacional. 

Las diferencia de posiciones en el debate sobre la contaminación plástica

La reunión en Kenia demuestra cómo, muchas veces, la lucha de poderes se interpone en el camino de la protección ambiental. Organizaciones ambientalistas como Greenpeace vienen luchando desde hace años para que se prohíba la producción de plásticos de un solo uso. Sin embargo, los países con las industrias petroquímicas más poderosas del mundo, como China y Estados Unidos, se oponen firmemente a esta medida. 

La necesidad urgente de un tratado que limite la cantidad de este material dañino para el medioambiente y para los seres humanos está clara. Diversos estudios han demostrado una y otra vez la presencia de microplásticos no solo en los océanos, las montañas y la atmósfera, sino también dentro del cuerpo humano.

Un borrador del tratado publicado en el mes de septiembre pasado había establecido las bases para abordar la contaminación por plásticos fabricados a partir de combustibles fósiles, una de las mayores fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero. Teniendo en cuenta que los expertos pronostican que la producción plástica podría triplicarse en los próximos 40 años, la prohibición de los plásticos de un solo uso se convierte en una medida más para luchar contra el cambio climático. 

Las industrias plásticas vs el planeta. ¿Quién ganará?

El mayor dilema a tratar durante el encuentro de líderes en Nairobi es el de qué es más importante para sus países. Mientras muchos dirigentes comprenden la necesidad de restricciones severas que limiten la producción de plástico, organizaciones gubernamentales como la Alianza Industrial EPS estadounidense parecen más preocupados por las consecuencias económicas “no deseadas” de estas medidas. 

Sin ir más lejos, Betsy Bowers, la directora ejecutiva de esta alianza, ha destacado que la preocupación por la contaminación plástica podría tener impactos imprevistos en la industria que representa. Y nadie lo niega, seguramente muchas empresas estadounidenses perderán algunos millones de dólares. Pero no quedan dudas de que restringir la producción de plástico sería un paso crucial para cuidar el planeta. ¿Qué pesa más en la balanza? Pronto lo descubriremos.

Las alternativas moderadas de la industria plástica

El tratado de Nairobi es fundamental para mitigar las consecuencias de la contaminación plástica en el planeta. Las restricciones a los plásticos de un solo uso parecerían ser la solución más rápida y efectiva. Sin embargo, las grandes industrias siguen escudándose en medidas menos drásticas como potenciar la eficiencia en la gestión de residuos y promover el reciclaje, sin disminuir la producción de plástico nuevo.

La creciente conciencia entre la población acerca de los riesgos ambientales de la contaminación plástica, además de la presión de las organizaciones ecologistas más famosas del mundo, ha logrado que las negociaciones en Kenia estén en boca de todos. La cercanía de la COP28, que pronto tendrá lugar en Dubái, debería contribuir a que los líderes mundiales se decanten por respaldar aquellas medidas que garanticen que habrá un planeta en el que las industrias plásticas puedan seguir operando. 

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