El transporte con combustibles fósiles tiene sus consecuencias
La movilidad es parte esencial en la vida de todas las personas y el transporte es fundamental para acceder a muchas cosas. Sin embargo, el uso excesivo de combustibles fósiles para la circulación trae graves consecuencias para la salud humana y el hábitat de las especies.
¿Cómo afecta el uso de los combustibles fósiles en el transporte?
El cambio en los patrones de movilidad, marcado por la transición del caminar y andar en bicicleta a la predominancia del vehículo privado motorizado entre las décadas de 1950 y 1980, ha desencadenado impactos negativos significativos en la sociedad.
La preferencia masiva por vehículos motorizados que utilizan combustibles fósiles se identifica como la principal causa del calentamiento global, generando emisiones contaminantes que contribuyen al efecto invernadero, la lluvia ácida y la contaminación ambiental en aire, suelo y agua.
Esta realidad revela una compensación entre la necesidad de movilidad y la calidad de vida, ya que los vehículos motorizados, aunque esenciales, se han convertido en una fuente importante de problemas ambientales y de salud.
Según la fundación Thomson Reuters, el consumo de cigarrillos reduce la vida del consumidor en 1.6 años, mientras que la contaminación ambiental, principalmente derivada de la quema de combustibles fósiles, acorta la expectativa de vida en 1.8 años. Estas estimaciones superan los impactos de enfermedades consideradas más peligrosas, como el cáncer o el VIH.
Ante esta problemática, diversos países implementan estrategias para mitigar los efectos negativos del sector automovilístico. Políticas como el “Pico y Placa,” que restringe el uso de vehículos en determinados días, han sido adoptadas en ciudades de Latinoamérica para abordar el caos vehicular.
Otras medidas incluyen la regulación de la importación de vehículos de segunda mano, con posibles prohibiciones basadas en la antigüedad, buscando reducir el tráfico vehicular y las emisiones contaminantes.
Ejemplos notables de esta estrategia se observan en Kenia, Tanzania y el este de África, donde la importación de vehículos usados disminuyó significativamente tras aumentos de impuestos similares a los aplicados a productos de consumo doméstico, como gaseosas y cigarrillos.
Estas acciones buscan promover una movilidad más sostenible y respetuosa con el medio ambiente, reconociendo la importancia de equilibrar la necesidad de transporte con la preservación de la calidad de vida y la salud pública.
Movilidad sostenible: la solución para ciudades con excesivo tráfico
El cambio hacia formas activas de desplazamiento en la ciudad no solo implica una reducción prácticamente a cero de las emisiones contaminantes, sino también una mejora inmediata en la salud de quienes optan por esta modalidad. Para lograr este cambio en la movilidad urbana, tanto los gobiernos centrales como los regionales deben proporcionar la infraestructura necesaria para invitar a los ciudadanos a abandonar el automóvil y optar por caminar, andar en bicicleta u otras formas de movilidad activa.
Otra estrategia clave para reducir la alta contaminación derivada de la quema de combustibles fósiles es implementar políticas que impulsen el uso de energías renovables. La adopción de vehículos eléctricos está ganando cada vez más fuerza en países como China y Noruega, donde hasta el 50% de la nueva flota vehicular consiste en vehículos eléctricos. También es crucial promover políticas públicas que fomenten la adopción de taxis y autobuses eléctricos, como se evidencia en ciudades como Londres o Shenzhen.
Aunque las tendencias recientes muestran un avance hacia la implementación de estas políticas y estrategias para reducir la contaminación ambiental y el excesivo uso de combustibles fósiles en el transporte, es esencial destacar la participación activa del ciudadano. Concientizar sobre el impacto ambiental y los daños que podemos causar al enfocarnos solo en nuestras necesidades individuales en lugar del bienestar del planeta, se presenta como un paso fundamental en la construcción de sociedades más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.