Organizaciones ecologistas reclaman al gobierno británico por el aplazo en la transición hacia vehículos eléctricos
Un grupo de ecologistas y defensores del medioambiente ha manifestado su disconformidad con la controversial decisión del Primer Ministro británico, Rishi Sunak, de retrasar 5 años la prohibición de vender automóviles impulsados por petróleo y diésel en territorio del Reino Unido. Antes de este anuncio, se suponía que la medida entraría en vigencia en 2030.
El gobernante británico ya había causado el desconcierto de los ciudadanos preocupados por el futuro del planeta cuando en julio de este año accedió a conceder nuevas licencias para explotar petróleo en el Mar del Norte y descartó la posibilidad de cobrar mayores impuestos a la industria aeronáutica para desalentar los viajes en avión.
Mientras el planeta continúa enfrentándose a temperaturas récords, un aumento sostenido del nivel del mar y del deshielo de los polos, disposiciones como la que acaba de tomar este gobernante representan un verdadero retroceso en la lucha contra el cambio climático y sus terribles consecuencias para la vida en el planeta.
La indignación de las agrupaciones ecologistas por el aplazamiento de la medida
La Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E), junto a organizaciones medioambientales como Greenpeace, han condenado los planes de Rishi Sunak en una carta pública. En ella, estas agrupaciones condenan el retraso hasta 2035 en la eliminación de los vehículos contaminantes, ya que pondrá un freno a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Esta medida tendrá efectos incalculables en la conservación del planeta. Pero además, sumará complicaciones a la ya difícil transición hacia vehículos verdes. Por ejemplo, desalentando las inversiones que la industria automotriz ya estaba realizando en infraestructura, baterías y materias primas para lograr un futuro eléctrico en el Reino Unido.
Las excusas del gobierno británico
De manera increíble, el Primer Ministro británico defendió su decisión diciendo que facilitará la transición hacia vehículos eléctricos… Pero a la vez, explicó que incluso pasado el año 2035 será posible comprar y vender automóviles accionados por petróleo y diésel en el mercado de segunda mano.
Otra de las grandes excusas usadas por Sunak tiene que ver con los calendarios de transición establecidos por la Unión Europea (UE) y otros países del mundo. Básicamente, justificando su falta de compromiso con el cuidado del planeta con la desidia de otros gobernantes que tampoco se preocupan por el futuro de la vida humana.
La paradoja del bolsillo de los ciudadanos británicos
Tal vez el pretexto más incoherente de Sunak tenga que ver con la preocupación por el bolsillo del pueblo británico. El Primer Ministro argumentó que los costos de la transición hacia el carbono cero en Gran Bretaña serían demasiados altos para sus ciudadanos. Sin embargo, se ha comprobado que los gastos de mantenimiento de los autos eléctricos pueden llegar a ser hasta 3 veces menores a los de un automóvil de combustión clásica.
De hecho, el bajo costo del mantenimiento de los vehículos eléctricos ha sido uno de los caballitos de batalla de las empresas que ofrecen esta tecnología. Los motores eléctricos no cuentan con componentes mecánicos complejos, por lo que su duración es mayor, abaratando los gastos en visitas al mecánico.
Se calcula que, en promedio, el costo de mantenimiento durante diez años de un automóvil eléctrico es de alrededor de 1600 dólares. ¿Cuánto cuesta mantener un vehículo de combustión interna? Dependiendo de si se trata de un auto impulsado por gasolina o por diésel, puede llegar a costar entre 4 mil y 5 mil dólares.
La importancia de la movilidad verde para el futuro del planeta
La movilidad sostenible tiene una importancia vital en la lucha contra el cambio climático. A través del uso de vehículos eléctricos se lograría una reducción considerable de las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector del transporte, uno de los mayores responsables de la contaminación atmosférica en todo el planeta.
Los gobiernos de todo el mundo (incluido el británico) deben desalentar el uso de vehículos de combustión. El futuro de la Tierra depende de que las metas establecidas durante el Acuerdo de París en 2015, sean cumplidas. Pero si cada nuevo gobernante da marcha atrás e ignora los compromisos adquiridos por sus predecesores, será imposible reducir las emisiones de efecto invernadero a niveles preindustriales.
Por eso a la hora de tomar este tipo de decisiones, en lugar de basarse solo en cuestiones económicas o políticas, deberían recordar que ni el dinero, ni las fronteras serán capaces de proteger a los ciudadanos que los votaron de las consecuencias catastróficas del cambio climático.