Greenpeace Argentina contra la pesca ilegal en el Mar Argentino

Greenpeace Argentina lidera la lucha contra la pesca ilegal en las aguas del Mar Argentino, destacando su compromiso en la protección de los recursos marinos y la promoción de prácticas pesqueras sostenibles.

Una ciudad de barcos con luces encendidas de un tamaño similar al Gran Buenos Aires se visualiza sobre el Mar Argentino. A lo largo de la plataforma continental patagónica, lugar que reúne un ecosistema marino único, se desarrolla todo un mundo relacionado con la pesca ilegal que Greenpeace quiere frenar a toda costa a través de denuncias y campañas de concientización.

En este artículo desarrollaremos la temática más en profundidad. 

Assortment of raw fish and seafood with ice for transport and sale at harbor, Crates of fishes on port

¿Qué encontrarás en este artículo?

1. Introducción

2. Greenpeace Argentina y su lucha por la pesca ilegal en el mar argentino

3. Así se produce el daño

4. ¿En qué consiste la pesca de arrastre?

5. Conclusión

Greenpeace Argentina y su lucha por la pesca ilegal en el mar argentino

Si hablamos de la ciudad de barcos en el Mar Argentino es clave saber qué es el “Agujero Azul”. Se trata de una zona de aguas internacionales que se ubica aproximadamente a 500 kilómetros al este del golfo de San Jorge, en la Patagonia Argentina. 

Tiene un papel de protección ecológica crucial, ya que brinda importantes áreas para el desove y alimentación de mamíferos marinos y aves. Es también hogar de numerosas especies comerciales y lugar de alimentación para la emblemática ballena franca austral y otras en estado de conservación vulnerable, como el cachalote, el rorcual y los albatros. 

Por otro lado, según un informe elaborado por la organización, las características oceanográficas del Agujero Azul la convierten también en un área muy atractiva para flotas pesqueras internacionales que buscan la captura de calamar o merluza negra para venderlos luego como productos de lujo a mercados de países del hemisferio norte.

Los más de 500 barcos pesqueros que inundan las aguas del Agujero Azul no están sujetos a regulación alguna, más allá de las que imponen por sus estados de bandera, convirtiendo de esta manera a la zona en un “lejano y salvaje oeste” para la depredación del ecosistema marino. Los países que predominan son China continental, Corea del Sur, Taiwán y España. 

Estas pesqueras con frecuencia llevan a cabo actividades ilegales y sin regulación, violando las leyes nacionales, regionales e internacionales. No informan ni reportan adecuadamente sus operaciones y capturas en alta mar, lo que incluye la pesca no declarada mediante transbordos en alta mar o con la colaboración de puertos que tienen un control y monitoreo deficiente de los buques. Asimismo, utilizan banderas de conveniencia para evadir las normativas.

Esta concentración de actividades pesqueras descontroladas tiene graves consecuencias, ya que la fauna marina se ve en competencia directa con la industria por los mismos recursos alimenticios. Numerosas especies, como orcas y delfines, dependen del calamar (Illex argentinus), que es el objetivo principal de muchos de estos buques. Esto provoca un impacto significativo en los ecosistemas marinos y la biodiversidad de la región, amenazando la sostenibilidad de los recursos marinos y el equilibrio de la cadena alimentaria.

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