¿Cómo impacta el cambio climático en la salud de América Latina?

Científicos norteamericanos, chilenos y peruanos advirtieron sobre las secuelas del cambio climático en la salud de América Latina. ¿Qué podemos hacer para revertir esta situación? En esta nota te lo contamos.

El cambio climático en la salud de América Latina

El tiempo apremia y no concede respiro. Si no logramos frenar las emisiones de gases de efecto invernadero, los sombríos pronósticos del cambio climático se convertirán en una dura realidad. Hasta el momento, el calentamiento global ha elevado la temperatura del planeta en más de 1,1 °C, acercándose peligrosamente al límite más optimista establecido por el Acuerdo de París, que es de 1,5 °C.

Estas condiciones ya están dejando huellas visibles, especialmente cuando se examina la propagación de diversas enfermedades a través de los continentes.

La salud no solo se ve afectada por el calentamiento global, sino además por la contaminación ambiental, un combo que ya ha generado la suba de ciertas patologías e, incluso, el aumento de muertes.

Pese a que América Latina no está considerada una gran emisora de gases de efecto invernadero, los científicos han advertido que no existen políticas que contemplen una fuerte disminución de esas emisiones y cómo mitigar sus efectos en la salud de la población.

¿Cuáles son las secuelas del calentamiento global en el bienestar de la población?

Un informe realizado por científicos chilenos, peruanos y norteamericanos que fue publicado en la revista The Lancet advierte sobre las secuelas de este fenómeno en la salud de la región.

En este documento, los expertos han advertido que el cambio climático magnifica los peligros para la salud de la población. Incluso, han señalado que los más afectados serán las poblaciones expuestas a la inseguridad alimentaria y la escasez de agua potable, las olas de calor y las enfermedades infecciosas.

Como si esto fuera poco, también destacaron la importancia de no solo disminuir las emisiones de los gases de efecto invernadero, sino también de constituir sistemas de salud que brinden respuesta a los más afectados por las consecuencias.

Lo que sucede es que para los científicos el clima ya cambio en América Central y del Sur, y se proyectan patrones climáticos más extremos, pérdida de volumen de glaciares y aumento del nivel del mar.

Según detallaron en el informe, países como Argentina, Costa Rica y Colombia han integrado la salud como un factor crucial en términos de impactos climáticos . Esto sitúa la salud de las poblaciones como una prioridad, permitiendo maximizar los beneficios económicos y asegurando un respaldo público más sólido.

No obstante, en el documento señalaron que existe una desigualdad en la capacidad, preparación, respuesta, recuperación y asignación de recursos en sus sectores de salud. Mientras naciones como Argentina, Brasil, Chile, Cuba y Uruguay destinan más del 9% de su PIB a la salud, Venezuela invierte menos del 4%”.

En el período comprendido entre 1998 y 2020, los eventos climáticos impactaron a 277 millones de personas y resultaron en la lamentable pérdida de más de 300 mil vidas en la región de América Latina y el Caribe. 

Durante este lapso, se experimentaron ciclones tropicales extremos, tormentas de polvo; sequías severas y prolongadas e incremento de la temperatura media a tasas superiores al promedio global, dando lugar a la pérdida de glaciares y olas de calor; variaciones aceleradas en la precipitación media debido al cambio regional en el uso de la tierra y las tasas de deforestación; continuo aumento relativo del nivel del mar; y un incremento en las olas de calor marinas.

Además de los fenómenos naturales, los investigadores señalaron un aumento en las áreas influenciadas por enfermedades transmitidas por vectores originarios de regiones tropicales, entre las cuales se incluyen el dengue, el zika y el chikungunya.

¿Qué sucede con los sistemas de salud en América Latina?

Al abordar la relación entre los sistemas de salud y las emisiones de gases de efecto invernadero, un aspecto subrayado por los expertos es el creciente compromiso de los profesionales de la salud, ya que la huella de carbono del sector, que representó el 4,4% de las emisiones globales netas de gases de efecto invernadero en 2014, ha aumentado a un 4,9%.

En este contexto, se resaltó la necesidad de priorizar la construcción de sistemas de salud resilientes al clima mediante medidas de adaptación que simultáneamente impulsen la equidad en salud. Se destacó positivamente la posición de Argentina al convertirse en el primer país en incorporar medidas de mitigación del sector de la salud en sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional.

En conclusión, tanto a nivel regional como nacional, las poblaciones menos responsables de la situación serán las más afectadas por el cambio climático y serán las últimas en experimentar los beneficios de la adaptación y los esfuerzos acelerados de la descarbonización si no se prioriza la equidad.

Por lo tanto, el compromiso climático debe incluir el desarrollo de capacidades de los profesionales de la salud, la asignación de recursos adecuados y la expansión de los servicios para que la salud de América Latina no se vea perjudicada por los fenómenos climáticos extremos.

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